Todo eso de las Y, ¿por qué una media naranja y no un medio melón? ¿O una media sandía, o medio plátano? medias naranjas , de su búsqueda y de su encuentro, son tonterías que brotaron del cerebro de algún inconsciente perdido sin más hacer ni qué-hacer que dar por culo con gilipolleces. Y es así. Ni todos tenemos una media naranja ni tenemos por qué buscarla.
Puestos a dividir...
Las piezas del puzzle, las que encajan, Las mitades llegan sí, no hay que buscarlas ni encontrarlas. Aparecen. Como si brotaran de los árboles y fueran a caer a tus pies, justo en el momento en el que caminas bajo su sombra. Y brotan para Sigamos llamándolo así, para no caer en confusión. Y dejemos claro en qué se diferencia una media naranja de una nunca son iguales. ¿Por qué ha de ser aquella persona, esa tan especial, igual a nosotros? Menudo aburrimiento. Vaya coñazo tener a un clon constantemente dándote la razón en todo, sin más magia ni quiebro de conversación. Todo el día en equilibrio, en jodido equilibrio . hacerte la vida más sencilla , para sacar lo mejor de ti y para, en definitiva, hacerte feliz. Si no cumple esos requisitos, patada y a otra cosa, mariposa.
Como si fuera tu mitad perdida, te llena un vacío que no sabías que tenías. Y esa es la magia de toda esta patraña de medias naranjas. rodaja de limón.
Una 'media naranja' te mira y comprende exactamente (con puntos y comas) qué sucede por tu cabeza. Te entiende aunque haya momentos en los que Te habla, sin palabras, Una 'media naranja', -o alma gemela, o mitad, o como quieras llamarlo- te coge de la mano, te mira a los ojos y te dice que va a hacerte ni siquiera tú sepas de qué va la cosa. Es el faro que te guía a buen puerto, acepta la peor versión de ti porque sabe que, sino, no se merece la mejor. En lo malo, en lo bueno, y en lo peor.
pero con gestos , con gestos tales como meter en la lista de Spotify una canción que diga algo así como la persona más feliz del mundo. Y tú sabes que con esas palabras, ya lo ha conseguido. 'te echo de menos', o 'I miss you'. Y que deje que suene hasta que te queme los tímpanos y no tengas otro remedio que gritar a los cuatro vientos que ' I come for you', una y otra vez.
Pero pisando tierra, a mí todo esto de las 'medias naranjas' me suena igual de mentira que 'El Hombre del saco', 'El ratoncito Pérez', y toda su prole. Pero si algo hemos aprendido es que porque algo sea invisible al ojo humano, no significa que no lo sintamos. De hecho, se siente todavía con más fuerza. Y lo de las mitades perdidas , que te llenan y te rellenan, es un cuento que nació de la innata necesidad de querer y ser queridos.
Un cuento al fin y al cabo pero, ¡qué bien sabe!
Porque yo no creo en 'medias naranjas', ni en 'medios limones', pero sí que creo en las naranjas enteras , que se encuentran, que compenetran y que se exprimen juntas, dando todo y más de sí, dejándose la piel y lo que no es piel, para formar algo nuevo, diferente, incluso, mejor.
En eso consiste toda esta mierda de la vida. Y llegará tu mitad, De no andar solos por si cojeas, de tener quien te sujete si tropiezas. Alguien que salga de casa sin avisarte solo porque le gusta verte correr a través de las cortinas, con el pelo mojado y el vaquero a medio abrochar.
pero tú ya estás entera , y la aceptas porque en esta puta vida no necesitamos suplementos, sino complementos. Algo que nos haga más fuertes, no más pequeños, ni más débiles. Que las mitades existen, pero para sumar.