"Pienso como un joyero. Pienso en conseguir una hermosa piedra, ¿cómo podré incrustarla de tal manera que brille realmente y darle el honor que necesita para llegar a ser un perfume?"
Ya sea que nos guste o no, y si los olores que nos rodean sean agradables o no, el olor es algo que no podemos evitar en nuestras vidas, ni deberíamos desearlo. Nos afectan incluso antes de percibirlos a un nivel consciente.Para perfumistas artesanales como Mandy Aftel los aromas son parte de su preocupación diaria. También es como la paleta de un pintor, un enigma a la espera de ser resuelto, un acto de creación y una aplicación de procesos alquímicos que desconcertaron y preocuparon a la humanidad a lo largo de los siglos."El olor surge espontáneamente, es parte de tantas otras cosa en nuestra vida, la comida, nuestro hogar, la jardinería. Los olores naturales son los que más me interesan, esos maravillosos olores intensos que se encuentran en el mundo natural y en nosotros mismos, la forma en que olemos", comentó Aftel a La Gran Época la semana pasada cuando estaba a punto de emprender una agitada visita a la ciudad de Nueva York.Aftel es autora de tres libros sobre perfume, con un cuarto por salir en octubre de este año.
Forbes.com la nombró una de las siete principales perfumistas de diseño del mundo, creando perfumes artesanales a partir de ingredientes naturales que no sólo eran los de mayor calidad sino, también, los más raros, a los que sólo podríamos llamar "los extraños".Perfume para una momia egipcia
Entre sus proyectos “extraños” tuvo que recrear un perfume para la momia de un niño de dos mil años de antigüedad, una invitación del Museo Egipcio Rosacruz de San José y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, Estados Unidos. Se rasparon resinas químicamente analizadas de la máscara del entierro de la momia y se transmitió la información a Aftel.Entonces, ¿a qué olía? "Pues muy sencillo: a incienso, mirra y aceite de moringa -un olor resinoso muy simple, agradable, pero nada complicado- que los egipcios utilizaban en los entierros", explicó Aftel. Al parecer, en ocasiones, cuando iban a embalsamar llenaban toda la cavidad torácica con trozos de resina.En su nuevo libro “Fragante: La vida secreta del aroma”, Aftel explora la profunda conexión entre el sentido del olfato y nuestro apetito. La idea del libro surgió hace un par de años, cuando el Museo de Historia Natural de Nueva York presentó una exposición sobre la ruta de las especias.Esa noche Aftel ofreció también una cena aromática y dio una charla. Pero su jornada por la ruta de las especias no terminó ahí. Encontró que el asunto era "extraordinariamente interesante" y decidió leer más de 200 libros sobre el tema de los aceites perfumados que provienen de especias.Cinco aromas para cinco sensibilidadesEl libro se centra en lo que Aftel llama "cinco aromas estrellas de rock": canela, menta, incienso, ámbar y jazmín, y en los profundos apetitos humanos con los que se relacionan."Sentí como si estuviera en la cueva de Aladino, había tanta información interesante que quería compartirla con la gente. En cierto modo el libro se escribió solo", confesó la perfumista.Aftel también está interesada en la investigación de cómo las especias y los perfumes han sido a menudo asociados con el lujo y artículos exóticos de lugares remotos.Dada la enorme cantidad de ingredientes y especias sobre la cuales se libraron guerras, le pregunté por qué eligió esas cinco.
"Elegí la canela, porque es el titán de la ruta de las especias, es una especia tan común y sin embargo, con un historial tan celebrado. La menta es la hierba de la hospitalidad, tiene una historia muy encantadora y está muy unida a la tradición estadounidense", agregó Aftel, explicando que Estados Unidos tenían una gran industria de menta que luego su uso se extendió a la goma de mascar y a la pasta de dientes y "así fue cómo se descubrió el Oeste".El ámbar gris nos lleva a un capítulo que tiene que ver con la curiosidad humana, donde Aftel incluye otros ingredientes de origen animal como la mofeta. Hay una historia fascinante en el libro sobre un trampero de mofeta, pero tendremos que esperar hasta el lanzamiento del libro en octubre. Aftel me ofreció la primicia, pero yo opté por la demora en gratitud por los fascinantes temas en que nuestra conversación había derivado, y que por falta de tiempo, algunos quedaron aún sin tocar. Pero volvamos a lo que la ballena vomitó, el ámbar gris para los profanos. Parece que el ámbar gris está presente desde "siempre a pesar de que hay muchas historias interesantes acerca de su origen", dijo Aftel sobre este dudoso, pero muy codiciado ingrediente. "La gente pensaba que era un dragón del fondo del océano y una especie extraña de setas, les tomó mucho tiempo en averiguar lo que era". El incienso es el olor que se asocia con la espiritualidad y la trascendencia. Aftel lo quiso incluir pues proviene de un árbol, buen representante de los mitos y cuentos de hadas de los bosques y también de la historia del incienso.El quinto ingrediente de su exploración en el libro es el jazmín y las nociones sobre la belleza y el envejecimiento. El jazmín grandiflorum y el ámbar gris son también aromas favoritos de Aftel desde largo tiempo. "Me parece que el jazmín tiene un olor tan complicado y embriagador; y me encanta también el indol, con ese tipo de yin y yang, de dulce y de pútrido, me gusta así. El ámbar gris es hermoso, extraño, tiene una especie de brillo iridiscente de ámbar gris, como de parpadeo. También me gustan las cosas malolientes".La ciencia de la 'hediondez'Esto nos lleva a uno de los elementos más fascinantes de los perfumes de cualquier tipo. Indol es un compuesto orgánico que se produce en algunos aceites de flores, tales como el jazmín y la flor del naranjo, pero también en la materia fecal y en la materia descompuesta.En concentraciones muy bajas, tiene un olor a flores que confiere al perfume ese “embriagador”, casi excitante cualidad y una cierta pesadez cálida que se vuelve aún más intrigante cuando se aplica sobre la piel.Aftel es democrática en su apreciación de aromas, pero sólo trabaja con esencias naturales, porque encuentra que los sintéticos son más bien bidimensionales.El hecho de poseer dos títulos, uno de inglés y otro de psicología, significa que Aftel es tan cautivadora, tanto como escritora como perfumista."El aroma siempre proporcionó un camino directo al alma y nadie que se sumerja en él puede dejar de ser placenteramente cambiado por la experiencia", escribe en “Esencia y Alquimia: Una historia natural del perfume”. "... Incluso si se aventura solo a ir tan lejos como para leer sobre el perfume natural, usted ya estará haciendo un sorprendente viaje al magnífico y exótico pasado y al presente oculto y sensual. Sumergirse en un mundo de aromas, aunque sea temporalmente, es cambiar su consciencia y despertar completamente al momento".Los conocimientos de Aftel sobre la psicología humana le deparan una comprensión más profunda y tal vez la aceptación de distintos gustos y preferencias humanas, que le deberán ser útiles en la creación de perfumes a medida para los clientes particulares.Retratos en aromasSi tienes la suerte necesaria de que ella te componga un perfume a medida, lo que ella llama "un retrato aromático único", te lo hará en su "Aftelier" donde se deleita con las reacciones únicas, y a menudo inesperadas, de sus clientes ante las esencias particulares que ella les presenta.Ahí radica su verdadero arte, porque Aftel combina hasta 20 aromas en la creación de perfumes y ninguno de ellos es la mera suma de sus ingredientes. Cada esencia tiene que estar en una proporción tal que funcione en armonía con todas los demás, para que ninguna inhiba y anule al resto, sino para que cada una juegue su papel en las notas de la parte superior, media y baja de la partitura, de manera que repercuta en la personalidad del cliente.Aunque no tuve el placer de tener un perfume personal creado por Aftel, probé algunas de sus creaciones y me parecieron diferentes de todo lo encontrado anteriormente. Entre ellas se encontraba Cuir de Gardenia como perfume sólido, fascinante, embriagador y muy similar a la gardenia y al cuero, como su nombre indica, pero con una nota aguda que resultó ser mucho más cálida al desvanecerse para después despedirse al secarseLe pregunté a Aftel si tenía un aroma particular que no le gustase. Citó el aceite del árbol del té por tener uno de los olores medicinales más agudos y más agresivos, que para ella no es ni bello ni suficientemente interesante.En cuanto a los más desafiantes entre la colección de olores raros de Aftel, menciona uno que tardó tres años en controlar. La esencia de Xanthorrhoea preissii, la que comúnmente se conoce en Australia como el grasstree, demostró ser muy compleja e intrigante."Pienso como un joyero. Pienso en conseguir una hermosa piedra, ¿cómo podré incrustarla de tal manera que brille realmente y darle el honor que necesita para llegar a ser un perfume?", enfatizó Aftel."Me tomó mucho tiempo y muchos errores antes de poder llegar a ser feliz con él", dijo Aftel sobre la esencia del grasstree, que es parte del perfume especial que se lanzará en octubre junto al libro.Teniendo en cuenta que el sentido del olfato es procesado por primera vez en el lóbulo límbico, una de las partes más antiguas del cerebro humano y asiento del impulso sexual y emocional, la escritura y la lectura sólo pueden ser un intento de aproximación, lo más cercano posible, a la experiencia misma.El placer está en el olor y para algunos, en la creación de aromas que desafíen la razón. En última instancia, los olores de cualquier tipo funcionan a un nivel subliminal y poderoso, casi en paralelo a nuestra conciencia, y pueden acentuar nuestras emociones, consolidar nuestros recuerdos y afectarnos en formas que son en gran parte indescifrables.La apreciación de varios olores apela a un esfuerzo consciente en la toma de conciencia sobre esta maravillosa sensación que nosotros como seres humanos tenemos, y cuya satisfacción es inmediata.Tus Perfumes y Colonias