El periodismo escrito está cambiando y de qué forma. Si antes se oía por todos lados, por lo menos en las películas así era, el grito de “¡¡Extra, Extra!!” y la noticia más destacada como reclamo para vender la prensa, ahora lo que vemos es quién es más ágil a la hora de “colgar” una noticia en internet y cuantos usuarios la han comentado, siendo éste un buen indicador del número de lectores del periódico en sí. Por lo que como ven, está muy claro que las nuevas tecnologías han ido desplazando poco a poco al tradicional periódico para convertirse en prensa digital.
Cierto es que no es nada nuevo lo que les estoy contando pero sí es nuevo que dentro de poco la gran mayoría de periódicos digitales se sumen a la iniciativa puesta en marcha por el coloso “The New York Times” el pasado mes de marzo y que consiste en cobrar a aquellos que deseen acceder al contenido completo del periódico. Porque, para aquellos que no lo sepan, la diferencia entre la edición de papel y la digital se traduce en la mayoría de ocasiones en que la segunda tiene menos contenido.
Es por ello que estoy a favor de la iniciativa del periódico The New York Times de que se cobre por la información, puesto que vivir de la publicidad es muy difícil hoy en día y la gratuidad que se demuestra a través de decenas de miles de páginas a veces, no está acorde con quien la cuenta ya que, aunque también la prensa esté manipulada según qué intereses, tú decides quien quieres que te manipule. Sin embargo en las páginas libres e independientes, no son profesionales quienes lo hacen y en muchas ocasiones pueden hacer un daño irreparable.
Un día un compañero de profesión me dijo, “todos llevamos a un periodista dentro, e internet les ha dado vía libre para intentar demostrarlo”, con las consecuencias que ello conlleva, añado yo. Porque de nada sirve que haya un corresponsal en un lugar importante del mundo y cuente lo que ve y lo que está pasando si luego hay un señor o señora en la otra punta copiando y pegando lo que éste ha dicho y dando su particular enfoque del asunto sin tener ni idea de lo que habla. Es por ello por lo que creo que la prensa debe tener un precio, ya sea leída en papel o en la red, puesto que el trabajo de quien la elabora pocas veces está remunerado cómo debiera ser.
Y como siempre les digo, es mi opinión y lógicamente respeto cualquier punto de vista esté éste o no de acuerdo con el mío. Pero si la he mostrado hoy aquí ha sido para prepararles, por si en un futuro no muy lejano también me da por cobrar por estas editoriales. Aunque sabiendo lo poco escuchadas que son y aún más, lo poco que gustan, mejor me callo, no sea que al final, sea yo el que tenga que pagarles por ellas.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…