Hoy en día existe infinidad de jugos y preparaciones a base de frutas pero deberiamos distinguir entre las que están edulcoradas y las que no.
Es decir, las preparaciones edulcoradas contienen un extra de azúcar que se le añade para que quede más dulce. Sin embargo los jugos naturales no edulcorados sólo contienen el propio azúcar de las frutas, sin que se les haya añadido otros edulcorantes.
Si los azúcares que contenga el jugo son “sólo aquellos de las frutas”, también debemos diferenciar dos cosas, si se trata de azúcares concentrados de la fruta o jugo concentrado de fruta (este deberíamos evitarlo).
La carga glicémica en la fruta y la diabetes
La fructosa, que contienen tanto frutas como verduras de forma natural, es un azúcar que se puede considerar exactamente como el azúcar de mesa. Tiene un efecto diferente dependiendo de si se toma en forma de fruta (que a parte contienen también gran parte de agua y fibra) o sola, como en el jugo concentrado.
La diferencia entre estos dos tipos de uso de la fructosa es la que define la diversidad entre el índice y el impacto glucémico. La acción de este tipo de ingrediente es la de endulzar, actúa como un edulcorante, con todo lo que eso conlleva.
Hay que decir que la fruta contiene azúcar (carbohidratos) pero el consumo de fruta debe ser considerado como la ‘carga glucémica’ de la fruta y la comida. Es decir, que lo mas importante es ver las porciones que se consumen y el índice glicémico de lo que se come. Se pueden tomar zumos pero en poca proporción y siempre teniendo en cuenta el resto de comida que estamos incluyendo en la mesa.
Por ejemplo, aquellas personas que padecen de diabetes tipo 2 podrán consumir como mucho 15 gramos de carbohidratos/azúcares. En cuanto a la fruta, hay que tener en cuenta que cada una tiene una cantidad diferente de azúcares así que deberíamos saber el índice glucémico del tipo de fruta. Y también influye si se asocia con más o menos fibra ya que si hay más fibra el pico glucémico después de la digestión será menor.
También cabe destacar que los jugos de fruta contienen un índice glicémico superior al de la fruta entera, aunque no se le hayan añadido azúcares.
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¿Qué fruta podemos comer si tenemos diabetes?
No hay prohibiciones absolutas. Lo más importante es aprender a manejar la cantidad y la frecuencia del consumo. Las frutas más azucaradas como el caqui, higos, plátanos, uvas, frutas secas, jarabes… generalmente no son recomendables y se recomienda un consumo moderado en cantidad y frecuencia. Otras frutas frescas como manzanas, peras, cítricos, frambuesas, arándanos, bayas, albaricoques, duraznos… se pueden consumir a diario con la recomendación de aprender a manejar la porción y la frecuencia según la progresión de la glucosa en sangre.
¿Se puede comer fruta después de la comida?
Hay que prestar atención al consumo de fruta después de una comida rica en carbohidratos. Si comemos pizza y luego una taza de fresas, el nivel de azúcar en la sangre es alto, no tanto por las fresas en sí sino porque la pizza ya contiene muchos carbohidratos.
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Puede suceder que el diabético tenga una elevada glucemia y atribuya la causa a la fruta. De hecho, la carga glucémica de la comida ha sido excesiva. Dado que las frutas frescas y estacionales aportan una cantidad de nutrientes y sustancias útiles, no se deben eliminar, pero las porciones de otros alimentos ricos en comidas deben reducirse mientras se mantiene la fruta en una proporción recíproca que permita mantener los niveles de glucosa en sangre bajo control .
La Organización Mundial de la Salud sugiere comer al menos cinco porciones de frutas y / o vegetales por día. Para obtener todos los beneficios posibles debe ser fruta y vegetales frescos y a poder ser sin pelar.