Pues siguiendo con nuestro momento de actividades extraescolares, Pichu, de casi 5 años, eligió música (para regocijo mío, no voy a mentir), y después de ¡casi 1 año! pidiendo ir, consideramos que... ¡efectivamente no era un capricho! Así que el curso pasado estuvo yendo a música, 45 minutos dos días a la semana, y fue muy feliz. Rubiazo es pequeño para elegir y para, además de pasarse todo el día en la guardería, pasar aún más horas fuera de su hogar, de su espacio de seguridad. Así que ya veremos más adelante. Aunque, como de casta le viene al galgo, parece que le tira
Por cierto, para tranquilidad de los que aún penséis que ya nos vale con el tema del inglés y que en casa de herrero bla bla bla... Tengo que deciros que su nivel de inglés es muy bueno, y no es ni mérito nuestro (nuestra única aportación en casa es la tele en inglés siempre) ni de una extraescolar, es mérito absoluto de su maestra y su escuela (pública, para más datos, así desmitificamos, de paso, pero de esto ya hablaremos otro día). Y en cuanto a Rubiazo... de momento se pirra por cualquier pelota de basket y por las motos... Así que llegado el momento, habrá que ver por donde van los tiros, porque igual le da por la repostería y el taichí.Lo que está claro, es que si siguen con actividades será porque ellos así lo han querido. Son niños, y como tales necesitan su tiempo de juego, de aburrimiento (no os imagináis lo productivo que puede llegar a ser para su mente que tengan momentos de hastío), de deberes, de travesuras, de ver algo de dibus (pocos), de lectura, de pelear con sus hermanos, de calle, de cocina con los papis... Intentemos recordar que pasan muchas horas ya en el cole y que cuando salen igual son felices con estar en casa. Quizás tengamos que plantearnos si no sería más conveniente encontrar a una persona de confianza (por lo de no abusar de los abuelitos) que los recogiera del cole y los llevara al parque un rato, a su actividad extraescolar (ésa que han elegido con tanta ilusión), les diera de merendar y los mimara hasta que llegaran los papis... Y pensaréis: "lo dices tú, que eres maestra". Bueno, pues tenéis que saber que lo diría igualmente, porque lo vería de la misma manera. Yo soy yo, de maestra o de bombera torera. Está claro que, en un mundo ideal, lo perfecto sería tener horarios laborales casados con los escolares, pero de verdad, sin tener que alargar con chino, judo, fútbol, ajedrez y patinaje todos los días. Pero para que esa conciliación real llegue, me da que aún queda mucho. No sé si yo lo veré. Mientras, intentemos mirar a nuestros pequeños y conocerlos, desde lo más profundo. Quizás no nos demos cuenta de que están pidiendo a gritos parar el ritmo y no convertirse en nosotros: papis que volamos de un lado a otro todo el tiempo, que hacemos de la prisa nuestra fiel compañera y que convivimos con el estrés como amante furtivo. A lo mejor, si escuchamos sus necesidades y no intentamos que sean los mejores en todo, que sepan de todo, que lleguen a todo... estamos dando el primer paso para cambiar el mundo, pero de verdad. ;)Ánimo y suerte para la vuelta al cole, que ya se sabe que los comienzos son siempre durillos.Un abrazo. ¡Última hora! Acabo de encontrar este artículo en la revista MI BEBÉ Y YO que quizás os interese: ¿DEMASIADAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES? CON M DE MAMÁ y E de EXTRAESCOLAR