Publicada por primera vez en 1978 y galardonada con el Premio Nacional de Literatura, Extramuros es una de las obras más destacadas de la narrativa española contemporánea. La historia de la apasionada relación de dos monjas en el interior de un convento, hoy convertida en clásico de nuestra literatura, fue llevada a la pantalla con un reparto encabezado por Aurora Bautista, Carmen Maura, Mercedes Sampietro y Assumpta Serna, bajo la dirección de Miguel Picazo.
En el ambiente empobrecido y alucinante de un convento, en la España mellada que siguió a la muerte de Felipe II, se entrecruzan sutilmente, con oculta violencia, la sexualidad sofrenada y el misticismo, en una confrontación de caracteres servida por una prosa de sostenida y admirable tensión expresiva.
Una de las mejores novelas de Jesús Fernández Santos, una nueva edición que evidencia la actualidad de un autor impecable. Dice Hipólito G. Navarro en el prólogo: "La relectura de Extramuros, el reencuentro con esa cuidada prosa, con tan atinadas y aplicables inspiraciones, me ha llevado a beberme otra vez con inmenso placer los cuentos completos de Fernández Santos."
Formato: Tapa blanda / Epub
Sobre el autor: Jesús Fernández Santos
Una simple palabra sirve de título a una novela que tuvo su génesis en un guión cinematográfico los cuales terminarían trascendiendo a las pantallas para lucimiento de sus actrices protagonistas. Pero es preciso hacer hincapié en que la lectura de la obra debería anteceder al visionado audiovisual pues el autor derrocha gran maestría en el uso de la palabra a la hora de confeccionar una interesante trama sin necesitar, en ningún momento dotar de nombre propio a sus personajes. Si existiese la novela conventual como género literario, la presente seguro que encajaría en los cánones del mismo, y a buen seguro ocuparía un privilegiado puesto en la jerarquía de títulos a él pertenecientes. Extramuros es una historia en la que dos monjas ejercen de protagonistas mientras que el resto de hermanas y los personajes que de un modo viven en sus alrededores de ficción actúan lo justo para hacer creíble esta exquisita concatenación de palabras agrupadas en diálogos medidos y prosa calculada para transportar al lector a una época pretérita, en concreto a los tiempos en los que la dinastía de los Austrias comienza su decadencia, acontecimiento paralelo a las múltiples situaciones de carestía a la que se vio abocada una nación, España, que aún seguía soñando con el oro de las Indias. A través de las celosías de las celdas de un convento se observa cómo la desolación de las tierras antes fecundas no es más que el reflejo de la situación insostenible dentro de los muros de la Casa de Dios en la que la oración y las labores se hacen insuficientes para mantener en pie un vetusto edificio cuyo mecenazgo parece ser solo una anécdota. De pronto, unos estigmas de misteriosa aparición permiten llamar la atención sobre una religiosa que será puesta en entredicho. La comunidad conventual se dividirá entre aquellas que piensan, igual que la priora, que se trata de una estratagema para atraer la ayuda tan necesitada por aquellas que aplican el "ora et labora" de modo estricto, y aquellas que necesitan reconocer la santidad, la presencia de Dios entre las paredes de un edificio descrito de modo sucinto pero eficaz, permitiendo que la imaginación ubique sus cimientos. Lo cierto es que el dinero y el bienestar comienzan a vivir intramuros mientras extramuros las epidemias y las sequías son las causantes de un éxodo sin precedentes. La "santa" es descrita por sus acciones y comprobaremos cómo llega a convertirse en priora y hasta será juzgada por el tribunal de la Santa Inquisición. Su compañera será la narradora, la confidente, la amante de aquella que se sacrificará en beneficio de todas sus hermanas. Pero, ¿qué tipo de amor es el que destila dentro del convento? Jesús Fernández Santos plantea incógnitas veladas y acierta al no resolverlas, o al menos al no hacerlo de forma contundente. Será hora de recorrer con un rico y bello lenguaje un pasaje imaginario de la España profunda preguntándose si acaso no estaremos asistiendo a un pasaje histórico, para nada descabellado.
¿Se trata Extramuros de un retrato de la vida conventual? Probablemente no, a pesar de transcurrir la mayor parte de la trama dentro de las paredes de un convento. De hecho, el título de la novela hace referencia precisamente a lo que ocurre al otro lado, aunque el dibujo de esta cara de la moneda sea ejecutado con unos sencillos trazos que sirven al objeto de realizar un bosquejo de la sociedad decadente en la que hasta Dios debe pasar apuros.
La entrada en escena de la hija del Duque, mecenas de la Casa de Dios, añade un elemento exótico a la cadena de acontecimientos y servirá de perfecto contraste con la austeridad que se pretende y se debe reflejar desde la primera página. Los acontecimientos se precipitarán, pero lo harán con parsimonia. No obstante, la novela es corta y no requiere de gramaje para lograr su objetivo. Es, por tanto, una narración eficaz y eficiente que no deja indiferente a todo aquel que desee descubrir qué se esconde detrás de uso estigmas, siempre sugerentes, siempre misteriosos, siempre interesantes, en este caso protagonistas indiscutibles, aunque no de modo explícito de la que está llamada a convertirse, si no lo es ya, uno de los títulos imprescindibles de la literatura española.
Francisco Javier Torres Gómez