Extraño que al procurar ser libre
termine atado a tanto recuerdo
y luego el futuro me desequilibre
con el ahogo del tiempo que pierdo.
Extraño que al buscar la decencia
haya encontrado una versión confusa,
y que sea la amarga consecuencia
el perderme en una búsqueda obtusa.
Extraño que hayan tantos criterios
y todos ellos se crean acertados.
¿No será que al ser tan obstinados
cerramos los ojos quedando cegados?
Extraño conocer lo que está mal
y quedarme perdido detrás de ello.
Con la voluntad en ausencia total
y atado a la pasión de lo bello.
Extraño lo menguado de la lucha
sabiendo que hay un final deseable.
¿Será que la razón nunca escucha
lo que importa pero si lo venable?
Extraño es que el tiempo amenace
la urdimbre final en toda historia
y que el ansia siempre reemplace
aquel buen recuerdo en la memoria.