Revista Deportes
Quizás debiera prodigarme más en algo que me llena como es escribir, de la temática que sea, pero escribir.No debiera ser así pero me cansa y me hastía asomarme al bosque de la redes sociales y ver de todo, la mayoría de nivel muy bajo y de contenido o aporte aún más bajo.Entretanto no debo no manifestarme ante lo que supone otra noticia triste para el fútbol como es la retirada de Andrés Iniesta.Para los últimos grandes futbolistas que se han retirado (Pirlo, Kroos) he tenido una mención y él no iba a ser menos. Considero que en el fútbol hay un Olimpo y está ocupado por sólo unos selectos de la historia de este deporte. Para mí son Pelé, Maradona, Ronaldo Nazario, Zidane y Messi; eran genios y los genios pertenecen al Olimpo. El escalón inmediato está compuesto por jugadores que no llegan a ser genios pero son extraordinarios como Di Stéfano, Cruyff, Beckembauer, Ronaldinho, Laudrup, Cristiano, Iniesta.Suelo determinar otro grupo de jugadores que si bien no son genios ni extraordinarios sí que son exquisitos. Este es un grupo exclusivo en el que puede ser que ni los genios quepan (Pirlo, Kroos, Benzema y en el que también podría figurar Iniesta).Iniesta es de esos jugadores que te encumbran, te encandilan. Verlo jugar era disfrutar de la sencillez vestida de delicadeza y exquisitez. La naturalidad para oxigenar el juego y salir airoso de situaciones complejas era su fuerte.Vivía en un ecosistema de egos que fácil hubiera sido para él apuntarse al carro pero prefirió ser fiel a su personalidad. Fue responsable directo de que 49 millones de españoles hiciéramos el grito más fuerte que se puede hacer por un gol en aquella noche surafricana de 2010.Por motivos ajenos a lo futbolístico, puramente políticos y de intereses, no le dieron el Balón de Oro pero eso nunca le privó de su ejemplaridad conductual sobre el césped y fuera de él.Se va un deportista extraordinariamente ejemplar en todo.