Myanmar, Extremistas budistas quemaron el martes por la noche una mezquita y un orfanato en Myanmar (Birmania), además de decenas de edificios en el noreste del país, en otra muestra de violencia sectaria contra la minoría musulmana.
Los ataques se produjeron en la ciudad de Lashio, capital del estado de Shan, contra la mezquita más grande de la ciudad y un orfanato musulmán, según informó un agente de la policía bajo condición de anonimato. Unos 150 extremistas budistas arrasaron la ciudad para destruir las propiedades de los musulmanes.
Tras el acto violento, las autoridades birmanas anunciaron el toque de queda en Lashio y desplegaron efectivos militares para controlar los grupos extremistas. A través de un comunicado, el Gobierno de Birmania condenó el incidente y llamó al pueblo a mantener la calma.
Cientos de musulmanes rohingyas han perdido la vida y otros miles se han visto desplazados como consecuencia de los recientes ataques de extremistas budistas.
El martes, la organización humanitaria internacional de acción médica conocida como Médicos Sin Fronteras (MSF), denunció que las restricciones impuestas por el Gobierno contra los musulmanes rohingyas impiden que decenas de miles de ellos reciban atención médica y servicios básicos en el oeste del país.
Alrededor de 800.000 rohingyas en el estado occidental de Rajine se ven privados de los derechos de la ciudadanía, debido a la política de discriminación que les hace vulnerables ante los actos de violencia, persecución, expulsión y desplazamiento, puesto que el Gobierno birmano rechaza reconocerlos como ciudadanos de ese país.
Pese a las presiones internacionales por las graves violaciones de derechos humanos y de la libertad religiosa, el Gobierno birmano hace caso omiso a los actos violentos contra la minoría musulmana y hasta el momento no ha adoptado ninguna medida para proteger a los rohingyas, que sufren los ataques perpetrados por los extremistas budistas.