Revista Educación

Extremistas y radicales

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Uno de los peligros de las ideologías es la tendencia, a la hora de defender las propias, a atacar las de los demás, como si uno estuviera en posesión de la verdad absoluta, como si de creencias inamovibles se tratase.  “Yo sólo sé que no sé nada”.  SócratesLo bueno de poder confrontar opiniones contrapuestas -y hacerlo con la mente abierta- es el enriquecimiento mutuo que proporciona conocer ideas y posicionamientos diferentes a los tuyos; claro que, para que esto ocurra, uno debe dejar de lado la cerrazón, el orgullo o lo que quiera que sea que nos impide aceptar que a veces podemos no tener razón.Imagen tomada de: http://www.enemigosdelestado.com/ni-izquierda-ni-derecha-liberalismo/  “Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”.  Groucho Marx  Todos tenemos una ideología propia, aunque alguno pueda considerarse a sí mismo como apolítico (si es que tal cosa existe realmente) o pase de todo; todos tenemos un puñado de convicciones que moldean nuestra personalidad y nuestro comportamiento; que nos hace inclinarnos hacia la izquierda o hacia la derecha (políticamente hablando, claro). Tengo la convicción de que, en un mundo ideal, todos seríamos “de centro” (¿la anarquía puede ser centrista?), pues eso significaría que nos encontraríamos en un punto ideológico intermedio en el que estaríamos en disposición de apreciar las cosas positivas y despreciar las negativas de cualquier inclinación política (repito: en un mundo ideal). Pienso que tal vez lo que nos inclina hacia uno u otro lado no son tanto nuestras propias convicciones como el rechazo a las del contrario.  “Cuando enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas”.  José Ortega y Gasset  Y es que, hay pocas cosas más peligrosas que la ceguera ideológica (tal vez la religiosa…), causa de discusiones, insultos, conflictos y guerras a lo largo de, prácticamente, toda la historia de la humanidad. Parece algo inherente al ser humano el dividir siempre las cosas en blancas o negras, en izquierdas o derechas, en republicanos o demócratas… También la tendencia a exagerar lo positivo y despreciar lo negativo en nuestras convicciones mientras despreciamos los logros del contrario y exageramos sus errores. Por eso hay veces en que siento que tengo mucha suerte de tener la capacidad de poner en duda no sólo las ideas de los demás sino también las mías; o la de intentar observarlo siempre todo desde el punto de vista más objetivo posible (y aún así, no es posible serlo del todo).“La política es el arte de servirse de los hombres, haciéndoles creer que se les sirve a ellos”.Louis DumurEstar cegado por nuestras propias convicciones es dejar el terreno abonado para que nos engañen y nos utilicen, para que sigamos votando a los mismos politicuchos de pacotilla una y otra vez, para que sigamos viendo a buena parte de nuestra sociedad como el enemigo… Tal vez algún día aprendamos a dialogar, a discutir sin insultar ni menospreciar, a aceptar que podemos estar equivocados. Ese día, ya no podrán seguir engañándonos, y la política podrá volver a estar al servicio de la sociedad y no al servicio de unas ideas.

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