Esta tarde Fabián Barba lidió tres toros, en su primero se le veía inseguro pero aún así, el muchacho tiene cabeza de torero y esbozó una que con más seguridad y menos duda en el toro pudo haber sido una buena faena -recuerdo que alguien le gritó ARRÍMATE-; en su segundo perdió ese miedo del novato y sonrió como sólo lo hacen quienes como toreros salen a jugarse la vida, alegremente, sin censuras y con muchas ganas de triunfar... Pero no hubo más que buenos momentos, la faena se fue a menos aunque hay que anotar que el toro abrió los belfos ya al final de la faena, falló con la espada y el público no pidió oreja. Pero regaló un hermoso jabonero que se despitorró luego de la pica y fue noble y suave, un puntito de bravura hubiese dado más emoción, sin embargo no hizo tanta falta, Barba transmite y el tendido se emocionó, ¡oooole! con gusto y con una estocada apenas caida pero entera Fabián se llevó las dos orejas que afortunadamente no le rechiflaron con zaña. Lo recibió como los temerarios: a porta gayola -o sea a unos cuantos metros de la puerta de toriles y de rodillas-.
Morenito de Aranda -porque se llama así quien repitió injustificadamente- tuvo muy buenos momentos con la muleta pero sin esbozar faena, no hubo consistencia ni estructura pero con una estocada fulminante se llevó la primera oreja de la tarde. En su segundo no hubo suerte, la gente se metió un poquillo con él, pero tras morir su astado, en las tablas al borde del llanto -si hubiese llorado habría sido como sólo los machos, de pura vergüenza- tal vez porque se propuso demostrarse que podría abrir la puerta grande y no lo logró: una sola oreja no lo amerita. Ojalá haga campaña en el interior y "conquiste" plaza por plaza, un torero joven debe luchar un poco más, en México se sufre mucho para ser un grande.
Y hablando de pasarla mal, Miguelete tuvo una mala tarde, no más no se acomodó con los toros, se fue con las manos vacías. Pero recordemos que David Silveti también la pasó mal, aún siendo nieto e hijo de semejantes monstruos. Miguel tal vez se lleve algún tiempo, la sangre es la sangre, tengamos paciencia.
Alguien más ha triunfado: Gustavo Campos, un joven banderillero mexicano. Los de los palitroques están comenzando su propia batalla, historias que también nos cautivan. A su lado Cristian Sánchez -quien pusiera a todos de pie la temporada pasada- también nos hace disfrutar de esta suerte casi milagrosa y muy acrobática. ¡Qué gusto!
Los toros estuvieron bien armados, con clase y de acomodarse su torero, transmitían al tendido. Su peso los mantuvo -a la mayoría- con el hocico bien cerrado hasta casi el final de la faena. Musculosos y casi toros salieron en línea recta de toriles.
COCINERO -212- segundo de la tarde, lidiado por Morenito de Aranda: menos una oreja. Negro bragado, axiblanco, brocho y vuelto de cornamenta, tocado del pitón izquierdo. 485 Kg.
MEZQUITERO -213- séptimo de la tarde, regalo de Fabián Barba: menos dos orejas. Jabonero, zancudo de los cuartos traseros o "alto" de ahí mismo para que no suene tan mal, un poquillo falto de carnes en los cuartos traseros. Se despitorró al ser mal avisado por un capote en tablas. 510 Kg.