La definición clásica de la Navidad era aquella de una época familiar, acogedora y feliz, en la que cualquier momento era bueno para reunirse alrededor de la mesa. Cada vez más, hay quien critica el exceso actual de glamour y apariencias. “La Navidad, para mí, huele a chimenea”, comenta Fabiola mientras recuerda sus navidades en el campo.
La diseñadora andaluza pertenece a ese sector de la población que sigue soñando con una Navidad tradicional, repleta de juegos y villancicos. “Aún puedo ver aquel árbol enorme que coloreaba la entrada de la casa”.
Su parte preferida, sin embargo, era un Portal de Belén al que no le faltaba detalle: el Niño Jesús, María, José, los pastores, los Reyes Magos e incluso una lavandera. Un rincón navideño cada vez menos usual en los hogares españoles, en el que Fabiola García Liñán se perdía de niña, comiendo polvorones y tocando una pandereta.
Una felicitación navideña muy especial
Con el único objetivo de que las bonitas costumbres no se pierdan, la diseñadora de trajes de flamenca ha publicado un texto en su blog personal, en el que explica a sus seguidores qué es la Navidad para ella.
“Es importante no olvidar el verdadero significado de esta fiesta: perdonar, recordar y, sobre todo, compartir”. Un significado que, en ocasiones, se pierde entre elegantes fiestas de fin de año y champagne. “Los lazos familiares son muy delicados, pero tremendamente resistentes si los mantenemos cuidados con respeto y comprensión”, explica.
El texto termina con un mensaje muy profundo, en el que Fabiola propone meter todas estas experiencias familiares en un paquete y ofrecerlo como regalo a los seres queridos. Porque no hay mejor regalo que el tiempo que se le dedica a alguien.
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