Fabrice hace historia y da la victoria al Málaga

El joven camerunés debutó a lo grande logrando hacer el único tanto del primer partido de Liga. Se convierte en el futbolista más joven en debutar con el Málaga y en el jugador más joven en marcar un gol en Primera División.

Celta de Vigo 0-1 Málaga. Pellegrini planteó un partido en el que prescindió de mordiente en ataque a costa de guarecer la línea medular alineando juntos a Toulalan y Camacho. A sabiendas de que el Celta es un equipo que no sabe jugar de otra forma que no sea cuidando el balón, añadió destructores de más al equipo.
Aún así, el conjunto vigués fue casi letal a la contra. Con Borja Oubiña llevanto la batuta del equipo e intentando pases imposibles que dejaban a los defensores malaguistas con el agua al cuello.
Pero el Málaga también sabe manejar bien el balón. Y lo demostró sacudiéndose el dominio inicial del Celta y generando largas jugadas combinativas con Joaquín, Isco y un sensacional Portillo como abanderados de las mismas.
El Málaga pudo adelantarse en el marcador tras un robo en el centro del campo. Joaquín se plantaba solo delante de Varas, pero el portero despejaba dejando el balón a los pies de Isco para que el de Benalmádena rematara a placer. Sin embargo, el balón salió por encima del travesaño.
En la Segunda parte, se pudo ver a un Málaga más dominante, aunque el Celta no le perdía la cara al partido. Pellegrini introdujo a Fabrice por Sebas. El joven camerunés, que ya sorprendía por ir convocado, se colocó en la posición de "9". No tuvo mucha suerte en las pocas jugadas en las que intervino, una de ellas rematando a placer un balón tras un disparo de Isco a la cruceta. Fabrice no acertó a introducir el esférico en la portería.
Pero el debutante aún tenía mucho que decir. Posteriormente, recibiá el balón y dejó a su defensor KO con una bicicleta y posterior remate ajustado que se estrellaba en el poste. El balón, no salió y cayó en los pies de Buonanotte, que se escurrió entre la maraña de la defensa gallega para poner el balón en el pecho de Olinga, que tan sólo tuvo que empujarlo para hacer historia y darle la victoria al Málaga.
Tras el gol, en el minuto 83 de partido, fue cuando el Málaga sufrió de verdad y acabó pidiendo la hora tras una última jugada en la que, apelando al milagro, el balón se estrellaba en el larguero de la meta de Caballero y botaba en la línea de gol para que la defensa malaguista lograra sacarlo de la zona de peligro.
Buen partido de los de Pellegrini que siguen mostrando una actitud excelente. Aún así, queda patente que se antoja imprescindible incorporar a un delantero.