Revista Libros
"A esas edades se tenían tantos novios y novias, tantos amigos, tantas ganas de divertirse, de beber, de irse de putas, que muy pocos estaban dispuestos a quedarse quince años en casa para escribir una novela"
Imaginen ustedes que escriben una novela sobre la residencia de estudiantes antes de la guerra civil, y les sale una maravilla como Fabulosas narraciones por historias. Imaginen que tienen el talento que tiene Antonio Orejudo. Y les saldría una historia gamberra sobre la vida de unos chavales que con veinte años están en la famosa Residencia de Estudiantes, lugar mítico, icono de la cultura. E imaginen que esos chicos son reales, no la imagen que ahora, cuando admiramos esos años tenemos de ellos. Chicos que mal aguantaban a Juan Ramón Jiménez, a Ortega y Gasset. Unos chicos que querían vivir y quemar su juventud, como hemos hecho todos. Y ese es el gran acierto de Orejudo, narrar desde lo que imagina que un chaval de veinte años, desde lo que probablemente pensaría. Una novela maravillosa que ganó el XX Premio Tigre Juan en 1997 y que reeditó Tusquets en 2007.Y así por el discurrir de sus páginas nos encontramos con Pátric, aspirante a novelista; Santos, hijo de una familia bien que quema su juventud en Madrid sabiendo que al final volverá a casa y vivirá de lo mismo que sus padres, los cerdos y Martini, sobrino de Azorín. Y serán ellos quienes nos llevarán por Madrid, por las tertulias literarias, por la residencia, por sus calles, iremos de putas, leeremos fabulosas y eróticas historias que recoge una revista erótica, leeremos cartas, conoceremos la cultura desde los ojos de unos jóvenes que en su carrera querían lo queremos todos, vivir la vida y vivirla rápidamente. Y veremos pasar el tiempo, como cada uno va tomando su camino, como Pátric vende su alma y su talento por triunfar como novelista, como Santos se une al bando de los vencedores, se casa y tiene hijos, como Martini se va a una comuna y como los personajes secundarios van trazando su vida que al final es lo que nos pasa a todos, cada uno cogemos un camino y nos desligamos de nuestra juventud con los cimientos de la adultez. Pero lo mejor de Fabulosas Narraciones por Historias es el humor, el gamberrismo de los veinte años. Y al final de la novela, para quien quiera leerla, hay una crítica bestial a la misma, en dos páginas. ¿Quién puede resistirse ante alguien que es capaz de reírse de su trabajo? Yo no puedo. Por eso pienso seguir leyéndolo. ¿Y ustedes?http://feedburner.google.com/fb/a/livefeed?id=ri6e1gq8734efuk7f5arnr56ic