Revista Comunicación

Facebook nos da al cuarto maestro de la sospecha

Publicado el 04 mayo 2016 por Mandomando


Si crees que unlike es igual a un corazón, puede que debas seguir leyendo
. Hace eones y hablando de interpretar la cultura, Paul Ricoeur unió a tres pensadores en un círculo que denominó la escuela de los Maestros de la Sospecha, basado en que sus integrantes (Marx, Freud y Nietzsche) -y aunque con caminos encontrados- habían modelado la idea de que la conciencia en su conjunto es una conciencia falsa. Así, según Marx, la conciencia se falsea o se enmascara por intereses económicos, en Freud por la represión del inconsciente y en Nietzsche por el resentimiento del débil. Más que por portación de apellido de origen alemán, Mark Zuckerberg podría ser considerado como el cuarto maestro por cuanto incide en reinterpretar y modificar la cultura y nuestra propia conciencia: somos la medida de nuestro ego digital, enmascarado en guarismos acumulados de "me gusta" más otras calificaciones y en menor medida, del alcance o viralidad de ello. La superficialidad del espejo inmediato que dirán y que sin embargo, no es una tabla rasa. Lo que sigue, es terreno técnico.

Facebook nos da al cuarto maestro de la sospecha

Facebook se rige por una norma estricta: la presencia en el Muro está dada por el Valor de Entretenimiento, es decir, por lo que podría considera interesante (para leer, para participar o para ver) de acuerdo a nuestras experiencias pasadas, recogidas en un gigantesco motor de absorción de datos que es el procesamiento de comportamientos de Facebook, la generación de insights válidos por la conexión social y finalmente vomitado al muro individual por su algoritmo de posicionamiento que es el Edgerank.

Cabe decir, que si no nos gusta lo que vemos en nuestro muro debería preocuparnos que gente hemos elegido para que nos acompañe en esta red. El espejo suele incomodar, no culpemos al mensajero (Facebook, por si había dudas)

Éste algoritmo se modifica bastante seguido aunque hasta el reciente F8 el EdgeRank alcanzaba a calcular y tomar en cuenta unos 100.000 factores para decidir si mostrar algo en el muro o no:

Afinidad = ¿Cuán cercanos estamos del creador del contenido? ¿participamos a menudo? Aquí reside la base del éxito o fracaso de algunas páginas de Facebook sobre los perfiles personales.

Si la página mantiene una comunidad sólida (y no invita a conocidos, cuñados ni amigos sino sólo a interesados en el contenido), va a ir bien. De lo contrario, el 0,8% de visualización inicial las hará invisibles en el Muro.

Peso = ¿Cuán importante es el tipo de contenido como publicación? Si ha logrado visibilidad, participación y viralización, aparecerá en el Muro. ¿Cómo se mide? Por un ratio lógico de valores. No suele haber mas comentarios que aprobaciones (" likes ") ni mas compartidos que comentarios.

De lo contrario, se penaliza como intentar hacer trampas al algoritmo. 30:10:1 puede ser un buen ratio de comienzo (30 aprobaciones hacen 10 comentarios y generan 1 compartido)

Envejecimiento = Tal como sabemos, lo reciente es mas valorado que lo antiguo (hay gente a la que le cuesta leer algo digital de 2012 pensando que es viejo y carente de efectividad: Mobile Communications lo escribimos en 2012 y aún sigue vigente).

Sin embargo, Facebook le da una vuelta reentendiendo el concepto de contenido siempre verde: si hay participación, está vivo. Si puedes volver a darle participación (caso "Un año atrás..." como recordatorio para que vuelvas a compartir lo compartido) seguirá presente. Si se aprueban las premisas previas y se mantiene la tensión (positiva o negativa, pero lazo vivo al fin) entre los miembros que configuran la comunidad, el envejecimiento será más lento.

Cuando publicamos, la percepción, la conciencia de quien nos verá, sufrirá un cambio que determinará no sólo el éxito o el fracaso de esta acción sino de las venideras. Y cada sutileza implicará distintas lecturas: escribir un comentario desde el móvil es mas complicado que hacerlo desde el ordenador, hacer ese comentario desde la cama con el móvil iluminandonos de noche será aún mas trabajoso. Y Facebook como aplicación en el móvil lee la posicion del dispositivo. Y valorará mas que escribas un comentario en el móvil que si lo haces en el escritorio (y aunmentará el valor de la publicación que estés comentando) y aún mas si lo haces desde esa extraña posición en la cama. Dicho lo dicho, pensar que un corazón (para lo que hay que tomarse un esfuerzo, pequeño, pero esfuerzo al fin) vale lo mismo que un like, es no sólo minusvalorar a Facebook: es minusvalorar a tus comunidades. Nos vemos en #FacebookAds en breve 🙂

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