Facebook no es nada interesante…
Al menos para mí. En los inicios me parecía que era el mejor de los inventos desde “la rueda”, imagínense poder conectar otra vez con amigos y conocidos largamente olvidados. También el poder crear un nuevo tipo de interacción con familiares y amigos. Bárbaro, genial.
A todos nos parecía maravilloso, pero “Facebook” crecía y crecía, todo (o casi) el mundo aterrizó en el sitio, y con ello la cantidad de amigos que encontramos también creció, desvaneciéndose el concepto de amistad o relación basado en el contacto personal con otros individuos. Son muy pocos los que admiten en sus listas solamente a personas con las que han tenido o tienen algún tipo de contacto en la vida real. El resto de nosotros se ha acomodado al uso del término “amigo”, que en la práctica no tiene ningún significado. ¿Cuántos amigos reales tienes en Facebook? ¿Cuántos realmente ni conoces? ¿Cuántos prefieres categorizar como conocidos, colegas o cosas por el estilo?
“No importa cómo le llamen” pudieran muchos objetar. Bueno, a mi si me importa y a ustedes también debería importarles. Miren a sus hijos y vean cómo el valor de la palabra “amigo” se desvanece. Ahora resulta que a los ojos de ellos todo el mundo es “amigo” según Facebook. Esto no sólo es falso, pero en este mundo en que vivimos es potencialmente peligroso. Aproximadamente una vez al mes me siento con mi hija para hablar de lo que es un amigo verdadero y cómo reconocerlo. Recalcitrante, obsoleto, viejo, cagalitroso… no me importa cómo me califiquen, pero continuare en mi batalla por hacerle entender el valor de un amigo real. ¡Facebook, quiero mis amigos de vuelta!
Imágen: Google Search