Reconozco que nunca me ha gustado Facebook. Esa forma de red social cerrada que permite el acceso sólo a los amigos o parientes. Ya a principios del 2008, y por esta nota de Tom Hodgkinson en The Guardian, manifesté mi rechazo a la empresa de Mark Zuckelberg. Ahora, una investigación de The Wall Street Journal ha confirmado las sospechas que siempre hubo sobre Facebook: vende la ionformación privada de los usurios a las empresas de publicidad.
Lea el artículo en El Blog Salmón
Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización