La inspección era, y sigue siendo, la primera parte de la exploración física de un paciente por parte de un médico. Es cierto que antaño, ante la carencia de ayudas diagnósticas a mayores (hoy tenemos TAC, ecografías, analíticas, RMN...etc.), la inspección resultaba mucho más importante, para el médico, de lo que alcanza a serlo ahora.
No obstante: aún hoy sigue siendo de gran ayuda para aproximarse al diagnóstico y enfocar el camino con la batería de pruebas que conseguirán ponerle nombre al proceso. La cara es un elemento primordial y una inagotable fuente de información: una facies puede darnos infinidad de datos respecto del paciente, de su estilo de vida, así como de su enfermedad, de su pronóstico y evolución, etc...
No en vano siempre se dijo que:
"La cara es el espejo del alma"
A la hora de tipificar las distintas facies (caras), que un facultativo podría encontrarse durante la consulta, a continuación pasamos a destacar algunas de las más conocidas y características:
FACIES SARDÓNICA También se le dice "risa sardónica", que no es más que una risa sin emotividad, que puede acompañar a procesos como el tétanos, y que se debe a la contracción involuntaria de los músculos faciales, por parálisis espástica.
FACIES MITRAL Mirada perpleja y ojos exorbitados, aleteo nasal con cianosis peribucal y MEJILLAS SONROSADAS. La enfermedad se ubicaría a la altura de la válvula mitral, en la parte izquierda del corazón.
FACIES HIPERTIROIDEA Mirada expresiva con retracción del párpado superior, y posible exoftalmos. Piel fina y húmeda. esclerótida con signo de GRAEFE.
En ocasiones es manifiesta la presencia de bocio (se trata de un abultamiento localizado en la parte anterior del cuello). Hablamos de un exceso de función de la glándula tiroides y de hormona tiroidea.
FACIES DISNÉICA La disnea es la dificultad para respirar, por lo que tendremos la cara ansiosa, con cianosis peribucal y de lóbulos auriculares, que destaca con la palidez del resto. La boca abierta, para facilitar el paso del aire.
FACIES ACROMEGÁLICA Prominencia de relieves óseos: mandíbula saliente (prognatismo), arcos superciliares y cigomáticos; nariz ancha y generosa. Vemos esta facies en quienes tienen un adenoma (tumor benigno) de la glándula que, desde la base del cráneo, produce la hormona del crecimiento.
FACIES ADENOIDEA El sobrecrecimiento de las adenoides provocaría una dificultad para el paso del aire, a la altura de las vías aéreas superiores. Nariz estrecha, respiración bucal, prognatismo del maxilar superior, arcada palatina elevada y maxilar inferior pequeño.
FACIES CUCHINGOIDE También conocida como "cara de luna llena" con mejillas abultadas y pletóricas, acné, bigote y vello en mejillas... Se debe a un tumor generalmente suprarrenal o a una ingesta excesiva de fármacos, como los corticoides.
FACIES LEONINA Debida a la lepra lepromatosa. La imagen nos dice más que mil palabras.
FACIES AMÍMICA O "del jugador de póker". Es propia de la enfermedad de Parkinson, en la que las caras de los pacientes son incapaces de transmitir sus emociones. También es propia del abuso de ciertos fármacos.
FACIES ESCLERODERMICA Piel lisa y tirante, nariz puntiaguda y boca pequeña. Labios adelgazados con múltiples arrugas y elasticidad reducida. Propia de la esclerodermia, una enfermedad reumatológica.
FACIES PÁLIDA Habitualmente propia de anemias o hipovolemias (pérdidas bruscas de sangre por hemorragias)
FACIES DE QUERUBIN Se describe también como cara de muñeca. Es pequeña con frente abombada, raíz nasal plana y dentición alterada. Pueden tener voz aguda de tono peculiar, ligero sobrepeso, extremidades poco musculosas de aspecto grácil, y manos y pies pequeños.
FACIES ICTÉRICA Amarillenta, propia de los procesos hepatobiliares o hemáticos.
PARALISIS FACIAL O parálisis de Bell, del nervio facial, con desviación de la comisura bucal. FACIES Inspección
FACIES LÚPICA Propia del Lupus, una colagenosis de la que antaño se dijo que sus afectados adoptaban cara de lobos, de ahí proviene el nombre de la enfermedad...
FACIES DE LA MIASTEMIA Enfermedad de los músculos que se pone particularmente de manifiesto en los párpados, los cuales, por agotarse, muestran una especial tendencia a cerrarse, al cabo de un rato de permanecer abiertos.