Esta es la primera novela que leo de Maruja Torres. Como ya sabéis, descubrí esta obra en su presentación. Salí con muchas ganas de leer el libro, de descubrir a la Maruja Torres escritora, puesto que ya la conocía como reportera y columnista. Y con ganas de acompañar a Diana Dial por Beirut en la investigación de un triple asesinato.
Porque el libro comienza con un atentado. Con una bomba colocada en el coche de Tony Asmar, el pequeño de los tres hermanos Asmar, una rica familia de Líbano con una importante posición económica, social, empresarial y política. Una familia influyente, con mucho poder. Una familia que tiene mucho que ganar y poco que perder y que está dispuesta a hacer lo que sea para seguir manteniendo su posición de superioridad en un Líbano que todavía se recupera de la guerra civil.Pero esa bomba no sólo mata a Tony Asmar. En el atentado también mueren dos de sus criadas etíopes, Iennku y Setota. Y serán precisamente estas víctimas inocentes, estos daños colaterales los que empujarán a Diana Dial a dejarse llevar una vez más por su instinto, por ese pequeño pellizco en el estómago que le transforma de una reportera prejubilada en una investigadora aficionada. Una detective privada muy peculiar. Diana Dial no le tiene miedo a nada ni a nadie. No se deja intimidar ni engañar. Tiene muy claro lo que quiere y lucha por ello hasta las últimas consecuencias. Sin importarle a quién tiene que enfrentarse, los obstáculos que tenga que superar o el peligro que corra su propia vida. Porque ella está de vuelta de todo, no se ha hecho investigadora privada por el dinero, porque nunca cobra a sus clientes. Ella lo hace por encontrar la verdad. Por hacer justicia y, sobre todo, por venganza. A lo largo de las 254 páginas del libro acompañamos a Diana Dial, a Georges, su chófer; a Joy, su criada filipina, y a Fattush, un policía que también está dispuesto a todo, en la investigación de este triple asesinato. Toda la historia se desarrolla en tan sólo nueve días, desde el lunes 28 de septiembre de 2009 hasta el martes 6 de octubre. Y es precisamente este ritmo trepidante lo que más me ha gustado del libro. La trama es ágil, rápida, el libro se lee solo, las páginas vuelan con la misma velocidad con la que vuela la mente de Diana Dial. Una mente que se debate entre los posibles autores del atentado. Los principales sospechosos son dos. La viuda de Tony Asmar, Cora Jiménez, una andaluza imponente, exuberante y ambiciosa que a Diana Dial le parece un putón calientapollas, una vampiresa ingenua con una belleza demasiado grande y una inteligencia demasiado pequeña. Y el hermano mayor de Tony Asmar, Samir, a quien todos llaman La Cobra. El heredero del imperio familiar. Alguien dispuesto a todo para que su mayor secreto no salga a la luz. Porque en este libro todos tienen secretos que ocultar, secretos que Diana Dial quiere descubrir y desvelar. En esta historia nada es lo que parece y las apariencias siempre engañan. Siempre. Pero no sólo Cora o Samir tienen motivos para asesinar a Tony Asmar. También los tienen Salvador Matas, un funcionario de la Fundación Quijote ambiguo, cotilla, siempre bien informado pero que nunca se abre. Nunca. A nadie. Ni siquiera a la propia Diana Dial, de la que parece estar enamorado o, cuanto menos, encoñado.
O Ramiro de la Vara, el embajador de España en Líbano. Un miembro del Opus Dei obsesionado con los crucifijos y que, desde que se quedó viudo, se dedica a vivir intensamente disfrutando de los placeres de la vida. Fácil de matar es una novela corta pero intensa. Es adictiva, atrapa y seduce desde la primera hasta la última página. Es una historia llena de frescura, de ironía, de desenfado. Diana Dial no tiene pelos en la lengua, dice lo que piensa y, siempre, actúa por instinto. Me ha gustado la trama policíaca, la investigación, las continuas sorpresas, los descubrimientos. Me ha gustado el final. Imprevisible, sorprendente, inesperado. Un final que me ha dejado un muy buen sabor de boca y con muchísimas ganas de seguir compartiendo aventuras con Diana Dial. Porque, por encima de todo, me ha gustado ella. La protagonista del libro. La inteligente, cínica, femenina, irónica y deslenguada Diana Dial. Me ha gustado su forma de ver y entender la vida, su forma de amar y odiar Beirut y Líbano. Su forma de hacer justicia. Su amor por las causas perdidas, por los débiles, por los más necesitados. Su pasión por la venganza. Su odio hacia los daños colaterales. Su manera de dejarse llevar por su instinto, sin pensar en el qué dirán, siendo ella misma, le pese a quien le pese. Y, sobre todo, su forma de entender que, en esta vida, especialmente en Líbano, todos somos fáciles de matar.