Revista Cultura y Ocio
No había leído nada de Maruja Torres, la conocía como reportera, como columnista, aunque últimamente no me suelo perder entre periódicos, pero como escritora no había tenido el placer de sumergirme en sus páginas. Aproveché que se atrevió con la novela negra un género que me tiene más que atrapada, para hacer mi primera incursión en su obra, y el resultado ha sido bueno, no el que esperaba, pero sí más que pasable, para continuar leyendo las aventuras de su particular detective.
Su autora
Maruja Torres nace en Barcelona en 1943. Gran dama del periodismo, toca todas las ramas del género, reportera de guerra, entrevistadora, creadora de opinión, y un sinfin de aspectos que la convierten en una mujer de mundo, que puede hablar con autoridad de muchos temas y ser un referente.
Aunque esta es la primera obra a la que yo me acerco, en su palmarés hay novelas de ficción y periodísticas para todos los gustos entre las que destacaría. Mujer en guerra. Más Masters da la vida, por plasmarse en ella su experiencia como corresponsal de guerra. A mi particularmente me fascina esta faceta de su vida. Como corresponsal de guerra cubrió acontecimientos en El Libano, Panamá e Israel.
Cómo escritora ha ganado el premio Planeta con Mientras vivimos, y en 2009 el premio Nadal con Esperadme en el cielo, dedicada a sus grandes amigos Terenci Moix y Manolo Montalban. Esta última novela la escribió en Beirut donde ha residido ocasionalmente.
Maruja es una periodista controvertida, que levanta tantas o más ampollas que Arturo Pérez Reverte, deslenguada e irreverente, una mujer con un sentido del humor, ironía y cinismo envidiable que suele plasmar en sus escritos.
Argumento:
Un atentado con un coche bomba sacude un exclusivo barrio residencial, en el fallecen Tony Asmar el tercero de un clan influyente y dos criadas etiopes, Iennku y Setota. Diana Dial una periodista prejubilada que gracias a una pensión más que generosa de su ex marido puede permitirse hacer lo que le venga en gana, está a punto de terminar su estancia en Beirut después de unos años viviendo allí, cuando conoce la noticia y una corazonada le hace retrasar su proyecto.
Un pellizco en el estomago convierte a Diana en una detective aficionada que no cobra por sus servicios, ya que se los cobra en justicia, o al menos cogiendo a quien ha realizado el crimen. La muerte de las dos criadas etíopes le motiva a investigar más que la pena fingida de la joven viuda, de quien no termina de fiarse.
A lo largo de la investigación contará con la inestimable ayuda de su chofer Georges un beirutí al que todos parecen deber favores, del polícia Fattush, y de un amigo del que parece que huye, un arabista, profesor de español de la Fundación Quijote, un personaje dificil de aprehender, ambiguo, que da una de cal y una de arena. La clarividencia de su criada Joy, también le ayudará a poner en orden muchos pensamientos
Ambientación:
Fácil de matar situa la acción en Beirut, en una ciudad en la que el crimen queda impune, en la que los poderosos luchan por mantener su estatus y posición social, económica y personal y que no dudan para ello en matar. Una ciudad que todavía está saliendo la guerra civil que la agostó, donde se pueden encontrar todavía huellas de la destrucción, en la arquitectura de barrios enteros.
El conocimiento de la sociedad beirutí que tiene Maruja Torres se ve plasmado a lo largo de toda la novela, y se nos hace patente a través del su alter ego, Diana Dial y del resto de personajes que la acompañan, Georges, el chofer que no duda en ningún momento en opinar de cualquier tema relacionado con su país, o el policia Fattush que nos abre las puertas del intricado sistema policial del país en el que impera más el miedo que las ganas por conocer la verdad.
De la mano de los Asmar y de Cora la viuda conoceremos las luchas internas por tener un peso en la sociedad, por seguir estando en la cumbre, sin tener en cuenta los medios utilizados para ello. Para mi ha resultado una delicía este paseo por un Beirut que seguramente no viene en las guías turísticas.
Personajes:
Diana Dial: Es una periodista prejubilada barcelonesa, afincada en Beirut gracias a una más que generosa asignación de su ex marido. Desencantada del periodismo y un poco de vuelta de todo, se permite hacer la que le viene en gana y si un crimen le provoca un pellizco en el estomago lo investiga hasta las últimas consecuencias, su sed de justicia la convierte en una detective sin licencia muy peculiar, que cobra en justicia o poniendo en evidencia a los criminales. Activa, deslenguada, descarada, sin miedo a nada aunque lo tenga bien metido en el cuerpo, Diana se postula como el alter ego de Maruja, bien podría ser un retrato de ella misma. Un personaje al que en ocasiones adoras y otras detestas, pero que no deja indifirente.
Georges: Es el chófer de Diana, un beirutí con excelentes conexiones, a quien todo el mundo parece deber favores. Es un buen contrapunto de Diana con la que suele hablar de casi todos los temas, sin pelos en la lengua, sin embargo muy patriota, no tolera criticas negativas a su país.
Fattush: Polícia que recaba la ayuda de Diana para descubrir quien puede estar detrás del atentado, en toda la ciudad parece el único interesado en saber quien puede estar detrás. A través de él conoceremos la corrupción del sistema policial.
Tony Asmar: Su momento de gloria se circunscribe a las primeras páginas de la novela, donde mantiene una enigmática conversación en la que se cuece algo importante y peligroso, motivo por el es asesinado. Todo lo que se descubre de su persona a lo largo de la novela no lo deja en muy buen lugar precisamente.
Cora Jimenez: Es una imponente española, para más señas andaluza, una fachada espléndida que esconde una mente fría y calculadora, capaz de engañar con su belleza. Es la mujer y posterior viuda de Tony Asmar, una mujer con muchos secretos que terminará postulandose como un engaño.
Salvador Matas: Este es el personaje más dificil de aprehender. Es arabista, funcionario de la Fundación Quijote y muy ambiguo, tanto sexual, como personalmente. Es un cotilla, un personaje que todo lo sabe y muy bien informado y que no se abre para nada, ni al lector, ni a su amiga. Una fachada que esconde un ser maquiavelico y cruel en exceso. Un personaje atractivo de descubrir.
Ramiro de la Vara: Quizás el personaje más caricaturizado, con el que más se ensaña Maruja Torres, su peso es escaso pero en los capitulos que sale es el foco de atención. Enamorado de Diana Dial, es un personaje entregado a los excesos, su fisonomía es grande, rayando la obesidad. Socio numerario del Opus Dei su colección de cruces es desorbitada. Un personaje necesario para comprender parte de la trama.
Tariq: Es el cabeza de turco de esta novela, el gran estafado. Es un beirutí con una educación exquisita en Europa, decide volver a su país y se dedica a complacer a las señoras ricas, mediante sesiones de spa y otras menos decentes pero que le procuran una vida sin penurias y sin recurrir a ser sicario.
El clan Asmar, es una familia maronita, que tras la muerte del padre lidera su hijo mayor Samir, un personaje con pocos escrupulos al que apodan la Cobra. Su posición social esta en la cuerda floja y hará lo que haga falta para conservarla, y en su ayuda toda la familia cierra filas, excepto la oveja negra Cora, que cree firmemente que está tras la muerte de su marido.
Estilo:
Nos encontramos ante una novela trepidante que se desarrolla en unos escasos nueve días, del 28 de septiembre día en que es asesinado Tony Asmar, hasta el 6 de octubre en el que Diana Dial ata los cabos que le quedaban sueltos. Ello le da a la novela un gran dinamismo, una gran frescura y la convierte en un page turner desde la primera hasta la última página.
Porque todos los personajes tienen secretos que ocultar y Diana no duda en sacarlos a la luz a pesar del miedo que la termina atenazando. Todo es pura fachada, un engaño que se termina por descubrir al final de la novela y que le da un broche de oro a una historia, que atrapa al lector irremediablemente desde las primeras líneas con esa conversación ambigua que le termina costando la vida a Tony Asmar.
Los personajes están dibujados con esmero, nos lleva a dudar de todos y de cada uno de ellos, todos podrían tener un motivo para querer silenciar al menor del clan Asmar, y todos hubieran estado dispuestos a hacerlo, pero quien de todos ellos es la mente que se encuentra detrás?. Diana Dial tirará de todos los hilos, ira sospechando de amigos y de enemigos y la verdad se le presentará dura y la destrozará por dentro. Pero logrará hacer justicia, quizás no una justicia como se entiende en Occidente, pero sí una muy a la beirutí.
Mención especial para el final, si la novela sigue una línea ascendente que en ningún momento pierde la atención del lector, el final cae como un jarro de agua fría, como un buen colofon de un castillo de fuegos artificiales, podría haber sido otro?, quizás sí, pero es el que merecía este libro. Un final redondo y de impacto y una Diana Dial envuelta en una nueva aventura, en un nuevo enclave que seguro que hará que la disfrutemos en una nueva entrega.
Conclusión
Pero como no todo iba a ser perfecto, le encuentro un pequeño pero, y es que a mi no me parece una novela negra pura, tal y como se concibe, creo que sería más correcto encuadrarla como thriller y como tal es trepidante y atrapante, un lectura fresca que hará las delicias de cualquier lector aficionado o no al género negro, pero que no llega a la altura de una novela negra.
En estos días de frio sin duda es una buena apuesta, en ella encontrarás venganza, intrigas de poder, engaños, ironía, una realidad beirutí que nuestros ojos nos es ajena, y un estilo desenfadado y directo, con una protagonista fuerte y sin pelos en la lengua que hará las delicias de muchos.