Mientras que la prevalencia de esta enfermedad aumenta, investigadores en todo el mundo corren en búsqueda de una cura, enfocando sus esfuerzos no sólo en el tratamiento sino en la prevención. Aunque aún no existe la pastilla mágica curativa, nuevos estudios sugieren que puede ser posible prevenir o retrasar la enfermedad a través de una combinación de hábitos saludables.
¿Cuáles son los factores de riesgo que podemos reducir o controlar para evitar la enfermedad de Alzheimer?
Si bien los científicos todavía no conocen las causas ni la cura para el Alzheimer, se han identificado condiciones y conductas que nos harían más propensos a desarrollar esta enfermedad.
¿Sabías que…
- Fumar después de los 65 años aumenta tus probabilidades de desarrollar Alzheimer en un 79%? (Landau, 2010)
- Ser obeso durante las etapas medias de la vida incrementa en 3 ½ veces las posibilidades del Alzheimer? (Naderali, Ratcliffe, & Dale, 2009)
- Tener diabetes duplica el riesgo de Alzheimer? (Xu, y otros, 2010)
- La herencia y genética sólo cuenta por un 25% de riesgo de Alzheimer? (Bird, 2005)
- El estrés crónico puede cuadriplicar el riesgo y el tener un estrés constante en etapas medias de la vida aumenta en 60% el riesgo de demencia? (Johansson, y otros, 2010)
- En las mujeres el hacer actividad física a cualquier edad disminuye el riesgo de demencia y específicamente en las adolescentes, la actividad física puede disminuir el riesgo hasta un 73%? (Middleton, Barnes, Lui, & Yaffe, 2010)
Es cierto que no podemos cambiar nuestros genes, etnicidad, género o edad, pero sí podemos tomar el control de los siguientes factores de riesgo para Alzheimer y otras demencias:
- Diabetes
- Hipertensión
- Colesterol alto
- Problemas cardiacos
- Obesidad
- Estrés crónico
- Pobre calidad o sueño insuficiente
- Estilo de vida sedentario
- Enfermedad del hígado o riñones
- Tabaquismo, alcoholismo o drogadicción
- Golpes en la cabeza
- Agentes tóxicos para el cerebro
Identificar y controlar los factores de riesgo personales mejorarán su salud e impactarán en la preservación de sus habilidades cognitivas. Una evaluación periódica de salud es clave, esto es matar a la frase: “para qué voy a ir al médico si estoy bien” y si tienes temor, enfréntalo, toma control de tu salud y construye una longevidad productiva, exitosa y feliz.
Bibliografía
Bird, T. (2005). Genetic Factors in Alzheimer’s Disease. N Engl J Med, 352(9), 862 – 864.
Johansson, L., Guo, X., Waern, M., Östling, S., Gustafson, D., Bengtsson, C., et al. (2010). Midlife psychological stress and risk of dementia: a 35-year longitudinal population study. Brain, 133(8), 2217-2224.
Landau, E. (2010, Octubre 25). Smoking boosts risk for Alzheimer’s. CNN Health.
Middleton, L., Barnes, D., Lui, L., & Yaffe, K. (2010). Physical Activity Over the Life Course and Its Association with Cognitive Performance and Impairment in Old Age. Journal of the American Geriatrics Society, 58(7), 1322–1326.
Naderali, E., Ratcliffe, S., & Dale, M. (2009). Review: Obesity and Alzheimer’s Disease: A Link Between Body Weight and Cognitive Function in Old Age. Am J Alzheimers Dis Other Demen, 24(5), 445-449.
Xu, W., Qiu, C., Gatz, M., Pedersen, N., Johansson, B., Fratiglioni, et al. (2010). Mid- and Late-Life Diabetes in Relation to the Risk of Dementia. Diabetes, 58(1), 71-77.
Escrito por:
Fellow in Geriatric Medicine
Dr. José Francisco Parodi García
Médico Geriatra – Director Médico de Bamboo