El elemento verdaderamente determinante que cambió la utilidad social y económica del cooperativismo fue el nacimiento de las Cooperativas que luego configuraron la Corporación Mondragón.
La llegada del joven sacerdote José María Arizmendiarrieta en 1941 a Mondragón, un pueblo de 7.000 habitantes que vivía las dolorosas secuelas de la posguerra española -pobreza, hambre y exilio- marcó un nuevo camino para crear empleo solidario. Dotado de una mezcla extraordinaria del idealismo de Owen y una visión pragmática de la cruda realidad, creó en 1943 una Escuela Profesional abierta a todos, que se convertiría con el paso del tiempo en un semillero de directivos, técnicos y mano de obra cualificada para las empresas del entorno y sobre todo para las cooperativas…
En 1955, selecciona a cinco de los jóvenes que habían estudiado allí y trabajaban en la empresa UCM, Unión Cerrajera de Mondragón, (Usatorre, Larrañaga, Gorroñogoitia, Ormaechea y Ortubay) quienes constituyen Talleres Ulgor (acróstico de sus apellidos) en 1956, hoy FAGOR Electrodomésticos, empresa pionera de la experiencia y embrión industrial de la Corporación Mondragón.
¿Qué ha pasado en FAGOR para verse en preconcurso de acreedores? Es obvio que el sistema cooperativo sigue funcionando en Caja Laboral (la Cooperativa de Crédito de MCC, la Corporación Mondragón), Orona, Ulma y otras firmas…
¿Seguía funcionando Fagor como una verdadera Cooperativa?
Parece que no, y hay que rendirse a la evidencia. Sus gestores no eran cooperativistas en el espíritu marcado por Arizmendiarrieta.
Una huida hacia delante acumulando deudas millonarias para justificar la actividad de Fagor frente a la dura competencia de los productores asiáticos pone en tela de juicio el trabajo de esos responsables.
Los trabajadores, los verdaderos cooperativistas, se ven ahora ante la cruda situación de perder su empleo además de verse afectados como socios/cooperativistas de Fagor y las responsabilidades derivadas…
FAGOR ya no estaba gestionada por el espíritu cooperativo del padre Arizmendiarrieta!
Y el verdadero Cooperativismo sigue siendo la solución…
Tiempo al tiempo!
Mark de Zabaleta