Como ven, éste es un blog de extremos: esta semana pasamos del pop ligero y amable de Nena Daconte a un grupo a ratos bastante contundente. Es difícil clasificar a Faith No More. Este grupo que retornó hace un poco tras su separación de varios años (como otros tantos), le he llegado a encuadrar dentro del heavy, dentro del metal, dentro del rock duro y creo que más bien ésta sería la etiqueta que mejor les vendría con matices del metal.
Existen 2 etapas diferenciadas en Faith No More, básicamente definidas por el cambio de vocalista. Personalmente soy seguidor de los años en los que Faith No More dispuso (y dispone en la actualidad) de Mike Patton como cantante. Este vocalista, que poco a poco fue refinando su aspecto, cortándose el pelo, y dejándose una fina perilla, acompañada por peinados engominados, muy al estilo de Falco, es un gran intérprete que terminó de conferir a Faith No More su salto cualitativo necesario para consagrarse como una de las bandas más apreciadas (aunque menos mediáticas) del género.
La canción “Epic” y su lp “The Real Thing” supusieron también un antes y un después dentro de la historia de la banda. Ya con Mike Patton al frente se afrontaría progresivamente el cambio de imagen de la banda, que al igual que otras bandas como Metallica, se fueron alejando de la imagen clásica del heavy metal de los ochenta. Sería con el fabuloso “Angel Dust” cuando la banda alcanzó un gran éxito, curiosamente gracias a la versión de “Easy” y otros temas tan rotundos y tan buenos como “A small victory”.
Llegaban de esta forma la mitad de los años 90, convulsos en el mundo de la música con la progresiva caída del grunge, debido al fallecimiento del líder de Nirvana Kurt Cobain, y a Faith No More se le planteaba la situación de rubricar el buen hacer que mostraron en “Angel Dust” con un nuevo álbum que estuviera a la altura de las expectativas. Y ese álbum es el que hemos escogido para el análisis de esta semana. Vino a llamarse “King For A Day… Fool For A Lifetime”, en lo que se puede ver una radicalización de aquel razonamiento Warhooliano de los llamados 15 minutos de fama.
En esos días, además del inestimable Mike Patton al micrófono, se encontraban dentro del grupo Billy Gould al bajo, Mike Bordin sentado a la batería, Roddy Bottum encargándose de los teclados, y ante la marcha del guitarra Jim Martin, para grabar el disco, según los créditos del libreto, se contrato a Trey Spruance. Se trata de un disco extenso en duración y listado de canciones. Intentaré sintetizar, hablando más a fondo de los mejores temas y mencionando de pasada los menos notables.
“Get out” comienza con una inmisericorde base potente de batería, tras la que entra Mike Patton junto a las guitarras y bajo. Patton en esta canción alterna momentos de rabia brutal al micrófono con otros de un mayor control vocal, que comienzan a dar señales dentro de este disco de su buena actitud vocal. Igualmente interesante es “Ricochet” dentro de su oscurantismo y ritmo menos alocado que con el que hemos abierto el disco proporcionado por “Get out”. “Ricochet” es una canción llena de rabia sobre todo en la parte inicial del estribillo. “Evidence” es la gran joya del disco. Un ejemplo de elegancia derivada del soul, demostrando la variedad estilística de la que Faith No More puede hacer gala si le viene en gana. Las notas de teclado, el sinuoso bajo, los elegantes acordes de guitarra y sobre todo la seductora voz del grandioso Mike Patton al micro hacen de esta canción una de las mejores piezas que vieron la luz en 1995. El clip que se grabó de la canción viene a sumar a la nocturnidad, elegancia etc. sobre todo en el elegante aspecto de Mike y sus sensuales juegos con las copas de cóctel; todo ello aderezado de lujuriosas y curiosas escenas colindantes. Uno de los mejores instantes globales en la historia del grupo. No perdamos la perspectiva, y aunque “Evidence” fue la pieza con la que a día de hoy sigo quedándome embriagado, tras haberla conocido allá por 1997 (2 años después de su edición) y con la que me inicié en Faith No More, el grupo regresa a su redil a continuación con una brutalidad/genialidad de canción titulada “The gentle art of making enemies”. Contundencia metalera de base y un Mike que a partes iguales descarga sutileza al micrófono y por otro lado desborde de energía visceral y en el estribillo también, pero de forma contenida y bien canalizada. Dentro de las curiosidades del disco de la presente semana tenemos el tema “Star A.D.”, en el que el grupo se hace valer de elementos de viento, para dar lugar a una canción bastante peculiar, que incluye ciertos cambios de ritmo muy interesantes. Después de la medio jazzy o soul “Star A.D.” llega el tema más agresivo con distancia del disco “Cuckoo for caca” es una de esas canciones que yo llamo del tipo “mecagoendios” en la que Mike se deja la garganta en un berreo monumental que pone los pelos de punta. No podemos obviar que Faith No More son principalmente un grupo de heavy metal en esencia, y de vez en cuando se les ven los colores. Solamente vemos a Mike en un estado igual de energía al final de “The gentle art of making enemies”. Nuevo cambio de tercio, al pasar a un tema que se abre paso de forma relajada, sensual e íntima como es “Caralho voador”. Digamos que es en parte como la continuación de “Evidence”, aunque con un nivel de excelencia instrumental algo menor a la magnánima 3ª canción del set list de la obra que hoy revisamos. El tono soul de esta pieza muestra una vez más el amplio abanico de estilos que dominaba Faith No More y con bastante maestría.Se da paso ahora a la oscura “Ugly in the morning” que destaca por las labores de producción que confieren a Mike Patton un brutal eco en su voz en el inicio de la canción. El estribillo vuelve a permitir a Mike desmelenarse y gritar como un poseso. Al hablar de “Cuckoo for caca” decía que era quizás el momento más bestia del disco (sin olvidar pasajes de la anterior “Ugly in the morning” u otras piezas)… Me olvidaba de la invitada a la escucha que viene ahora; “Digging the grave” es otro ejemplo de metal intenso y agresivo que asusta, en ciertos pasajes. Creo que con el título ya sacarán en conclusión de qué va y cómo sonará si es que ahora no están escuchando el disco a medida que leen esta crónica. Se cambia de estilo en la siguiente canción. Llegamos a “Take this bottle”, con su sonido amable, en el que Mike canta con aires de perdedor un tema de corte más clásico, siendo de los momentos más accesibles del disco. Destaca principalmente la melodía de piano que aparece de vez en cuando a lo largo de la canción. La, en parte, canción título “King for a day” se sitúa seguido a “Take this bottle”. Ésta es la composición más larga en duración de la obra, y ciertamente es bastante interesante, ya que alterna el misterio y sigilo de las partes prosaicas con cierto tono épico en los estribillos. “What a day” es una de esas piezas también influenciadas por otros estilos que entraban dentro del entramado metalero de Faith No More; se aprecian ciertos matices de hip hop. Esta pieza es otro ejemplo de oscuridad y contundencia gracias a las vigorosas cuerdas de los instrumentos que la componen. “The Last to know” tiene un ritmo más lento y a ratos algo épico, que muestra uno de los ejemplos más interesantes de la 2ª mitad del disco y quizás de la obra en general. Es una estupenda composición llena de emoción e intensidad metalera, pero sin necesidad de volverse visceral. El final llega de la mano de “Just a man”, un momento de lucimiento vocal para Patton, para poner la rúbrica perfecta y elegante a este disco que alterna a partes iguales ejemplos de canciones de heavy o rock metalero y piezas de otros estilos menos contundentes. Con muchos amigos de instituto, hará más de una década, charlábamos sobre Faith No More, pues había un sector importante del grupo que los admiraba, y normalmente siempre mencionábamos la perfección vocal de Patton. “Just a man” es un ejemplo de ello.
“King For A Day… Fool For A Lifetime” es un disco de contrastes, un disco de extremos, ya que a la dureza de canciones como “Cuckoo for caca” se contraponen bellas piezas como la elegante “Take this bottle”, de corte clásico y en la que Patton puede hacer gala de su buena voz o “Just a man” que sigue los mismos derroteros del sentido clásico y las características vocales casi de crooner de Mike.
Podríamos afirmar que esta obra supuso quizás el punto más álgido de la carrera de Faith No More, tras el ascenso iniciado en “The Real Thing” y que también se confirmó en “Angel Dust”. Su siguiente obra “Album Of The Year”, sin dejar de ser un interesante trabajo con temas como “Ashes to ashes” (no, no es una versión de Bowie) o “Last cup of sorrow” (que incluía un interesante clip homenaje a Hitchcock y su film “Vértigo”), estimo que está a un nivel menor que este conjunto de canciones de texturas y estilos tan variados.
Llegaría tras “Album Of The Year” la separación del grupo durante un largo periodo de tiempo, para reunificarse recientemente e incluso ser cabezas de cartel de un festival metalero llamado Sonisphere que se ha celebrado hace unas semanas en Getafe. Espero que aún así, Faith No More visite alguna sala para hacer un concierto individual, pues no estuve dispuesto a pagar el precio del festival ya que solamente me interesaban ellos.
Como anécdota, recuerdo que en su día en mis tiempos de universidad, tuvimos una conferencia de empresarios y creo recordar que vinieron algunos responsables de la cadena Hard Rock de restauración. Eran un hombre y una mujer y el hombre recuerdo que al citar su currículum destacó haber sido manager de gira de Faith No More. Posteriormente un profesor graciosete que teníamos, y que era el que movía el cotarro de mi carrera universitaria, soltó una chanza en clase diciendo que qué grupo era ese. Sobra decir que me indignó sobremanera.
Hay que reconocer que “King For A Day… Fool For A Lifetime” a ratos es agreste; casi tanto como la contundente portada con ese cubista dibujo en rojo y negro de un guardia de seguridad llevando un agresivo perro. No obstante, las 14 canciones que lo componen demuestran una gran variedad. Recuerdo que en su día lo tuve primero en cinta de casette, gracias como siempre en aquellos días a la inestimable colaboración del hermano mayor de un amigo de toda la vida, que escuché durante el verano de 1999 y un año más tarde me lo compré original en cd, no recuerdo bien si en El Corte Inglés de Preciados.
No podemos obviar que estamos ante un grupo heavy o metalero y que su estilo de origen es su estilo de origen. Sin embargo, en esta obra se atreven con piezas de corte radicalmente distinto, como también sucedió en el recopilatorio que sacó la banda posterior a “Album Of The Year”, titulado “Who Cares A Lot?” (haciendo un juego de palabras con su disco de debut), cuando se marcaron la sublime versión de “I started a joke”.
Es una pena que nos hayamos perdido más de 10 años de esta banda. Pero más pena hubiera sido que no se hubieran vuelto a juntar. En ese tiempo Mike Patton se dignó a colaborar con varios artistas, Bjork incluida en su disco “Medulla”. Canciones como “Evidence” les hará pasar unos siguientes 7 días agradables. Creo que es una obra apropiada para estas fechas, o al menos a mi me resultó muy adecuado en el verano de hace 11 años; prueba de ello es la calidez y sensualidad de los acordes de guitarras que hay en “Evidence”.
Como soy consciente, solamente a ratos, de que es bastante chunga para el pueblo medio la clase de escucha de música que propongo (embutirse un disco completo de un grupo), vuelvo a la recomendación que alguna vez les hago de primeramente hacer una cata o degustación en youtube. La sugerencia es que se echen un ojo al video de “Evidence” y se deleiten con la elegancia de la música y voz de Mike y también disfruten de la también elegancia, galantería y chulería que el frontman de la banda se gasta en el video. Merece la pena invertir unos minutos en ello.