Revista Opinión

Falacia Reductio ad Hitlerum: Hitler era católico

Por Beatriz
Falacia Reductio ad Hitlerum: Hitler era católico
autor: blog Agua Viva
La expresión reductio ad Hitlerum (Reducción a Hitler, falacia del tipo Cum hoc ergo propter hoc), argumentum ad Hitlerum o argumentum ad nazium fue creada originalmente por Leo Strauss, profesor de la Universidad de Chicago.
Reductio ad Hitlerum es una falacia de la forma: "Adolf Hitler o el Partido Nazi apoyaban X; por lo tanto X debe ser malo".
Cómo funciona: por ejemplo Hitler apoyaba el movimiento anti-tabaco, por lo tanto este tipo de campañas no es correcto. Esta falacia lo que hace es usar la carga emocional que supone el nazismo, que en la mayoría de culturas es automáticamente condenado, para atacar algo que no es considerado éticamente malo.
A raíz de una declaración del Papa Benedicto XVI en su visita a Inglaterra, Dawkins le responde al Papa:
“Adolf Hitler era católico. Fue bautizado, nunca renunció a su bautismo. Como mínimo, creía en una providencia personificada”

En un video colgado en youtube titulado "Estoy ofendido!" (que pueden ver aquí), Dawkins  menciona lo mismo:
3:10Si Hitler era secular o no, la evidencia es contradictoria, él siempre dijo ser un católico romano...3:15...nadie puede negar que los soldados de Hitler eran tan cristianos como todo el mundo lo era en Europa.3:20...y eso significa que todos eran, o católicos romanos, o luteranos.3:25Pero aún si Hitler era un ateo, ¿y qué?3:29Hitler tambien era un vegetariano!3:35¿Acaso eso sugiere que todos los vegetarianos tienen la especial tendencia de ser asesinos racistas?3:39El punto es que hay un camino lógico que va desde la religión a cometer atrocidades.
La falacia de Dawkins es como sigue: Hitler era católico, por lo tanto, ser católico (o creyente) te conduce a cometer atrocidades.  Esta falacia es del tipo Cum Hoc ergo Propter Hoc que se comete al inferir que existe una relación causal entre dos o más eventos por haberse observado una correlación entre ellos.  Es una común falacia lógica: Correlación no evidencia causalidad.
En realidad el 'dios' de Hitler era Alemania, y su religión el nacionalsocialismo:
“Hitler nació y fue educado como católico romano. Pero pronto perdió la fe y no asiste a servicios religiosos de ningún tipo. Su catolicismo no significa nada para él; es impermeable incluso al consuelo de la confesión. Al formarse su gobierno, inició casi inmediatamente una feroz guerra religiosa contra católicos, protestantes y judíos.
¿Por qué? Tal vez el motivo no sea fundamentalmente la religión, sino la política. Para Hitler, la primera tarea de la revolución nazi es la “unificación”, la Gleichschaltung (coordinación) de Alemania. Tiene una pasión motriz: la eliminación de todos los competidores del seno del Reich, de cualquier tipo que sean. El Vaticano, al igual que el judaísmo, es un organismo profundamente internacional (o sea, no alemán). Por tanto: fuera con él.
La base de gran parte de la locura del hitlerismo es su deseo increíblemente drástico y severo de purgar a Alemania de los elementos no alemanes, de crear una Alemania exclusivamente destinada a los alemanes completos. No le gustan los banqueros ni las grandes empresas comerciales –como señaló Dorothy Thompson-, porque representan fuerzas no alemanas, internacionales. Detesta a los socialistas y a los comunistas porque están afiliados a grupos mundiales que pretenden internacionalizar el trabajo. Odia, sobre todo, a los pacifistas, porque los pacifistas, al oponerse a la guerra, son de hecho internacionalistas.
Considera el catolicismo como una fuerza competidora particularmente peligrosa, porque exige dos compromisos por parte del ciudadano y el doble compromiso es algo que Hitler no puede soportar. De ahí, la campaña contra las “manchas negras”, como llaman los nazis a los sacerdotes.
El protestantismo es –teóricamente- una cuestión más simple, porque la iglesia luterana seguramente es alemana y nacionalista. Hitler creyó que con la simple colocación de un capellán del ejército, un feroz nazi llamado Mueller, como obispo del Reich, podría “coordinar” la iglesia evangélica en Alemania y ponerla a su servicio. La idea de una iglesia protestante unida atraía a su mente arquitectónica. Estaba equivocado. La cuestión eclesiástica ha sido fuente de problemas a partir de entonces.
Es bastante natural que, después del fracaso del confuso protestantismo nazi, algunos seguidores de Hitler se hayan vuelto hacia el paganismo. Los mitos nórdicos son un sustituto nacionalista de primera clase. Llevado hasta su extremo lógico, el nazismo exige de hecho la creación de una nueva religión nacionalista. Hitler lo indicó en un discurso pronunciado en Nuremberg en septiembre de 1935. “El cristianismo –dijo-, logró unir durante un tiempo a las antiguas tribus teutónicas, pero la Reforma destruyó esta unidad. Alemania es ahora una nación unida. El nacionalsocialismo ha triunfado allí donde ha fracasado el cristianismo”. Y Heiden ha citado la observación de Hitler: “No queremos otro Dios que la propia Alemania”. Este es el punto vital: Alemania es la religión de Hitler.
Una de las quejas de Hitler contra Dios es el hecho de que Jesús fuera judío. No puede perdonárselo ni a los cristianos ni a los judíos. Y muchos nazis niegan que Jesús fuera judío. Otra queja tiene origen nacionalista. La base de la revolución nazi fue la derrota de Alemania en la guerra. Por esto tenía que nazificarse la religión, porque ningún Dios que permitiera que los franceses y otras razas “inferiores” ganaran la guerra podría ser un Dios satisfactorio para Alemania.”
John Gunther, Líderes del Siglo XXI, Ed. Grijalbo S.A., 1968

Por último, conozco varios ateos que son bautizados católicos y que nunca han renunciado a su bautismo.

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