La obra que os quiero presentar hoy nos toca de cerca ya que está ambientada en una época y un lugar que nos afecta, más de forma indirecta, pero todos conocemos a alguien que la vivió en sus carnes. Me estoy refiriendo a la guerra civil española. A nuestra guerra civil. O por lo menos, espero, a la última de ellas. Para seros sinceros, es un tema que nunca me ha interesado más que tangencialmente, como un anexo a la Segunda Guerra Mundial, pese a haber tenidos dos abuelos que participaron muy activamente (soldado uno y quinto columnista otro) y dos abuelas que la vivieron como civiles (en Madrid una y como casi niña de Rusia, otra).
Falcó, de Arturo Pérez-Reverte es el libro que os quiero presentar hoy. No seré yo el que os pueda aportar nada nuevo sobre uno de nuestros escritores más leídos y, creo que ya lo he comentado an alguna otra ocasión, uno de mis escritores favoritos. Pero sobre el libro, si que os puedo trasladar mi opinión.
La acción transcurre durante los primeros meses de la guerra civil, en el año mil novecientos treinta y seis. El bando republicano tiene prisionera a José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange y desde el bando nacional se articula una operación para rescatarle. Para ello, designan a Lorenzo Falcó, extraficante y actual espía que trabaja para los servicios de información del general Franco, para infiltrarse en el bando enemigo y orquestar desde allí dentro la operación. El resultado de la misma no os la voy a desvelar (¿qué gracia tendría entonces que os leyerais la novela?). Lo que si os puedo adelantar, es que es una novela trepidante. Falcó es un tipo curioso. Amoral completamente. Trabaja en su propio beneficio y tiene gran capacidad para moverse entre el género femenino y los mundos oscuros del estraperlo y el crimen.
En esta primera, y espero que no última novela con este personaje, además de la propia trama del libro, Pérez-Reverte nos describe con gran precisión la parte más emocional o psicológica de los bandos durante la guerra. Falcó se cruza con falangistas convencidos, aguerridos comunistas, malnacidos que se aprovechan de la guerra para sus venganzas personales o para dar salida a sus instintos más básicos, un bando nacional unido bajo un sólo líder, y un bando republicano que parecía aquello un reino de taifas, con sus sindicalistas, sus obreros, sus campesinos, sus comunistas, sus anarquistas, sus socialistas, sus independentistas...
Por ponerle un "pero" a la novela. En mi opinión, sería la foto de portada de la edición impresa. Creo que esa foto hace honor a un clásico detective de novela negra americana, que a un espía del bando nacional durante los tumultuosos años de la guerra civil.
Para finalizar, simplemente recomendaros su lectura ya que pasaréis un rato más que entretenido.
Un saludo,
Javier