Los que estamos inmersos en el mundo del abanico, sabemos que Valencia, es su cuna. Allí los maestros abaniqueros desarrollan su trabajo mimándolos y cuidando su elaboración, pasando los procesos centenarios de padres a hijos. Y si bien es encomiable la labor que realizan, hoy quiero resaltar el valioso aporte de las Falleras y Festeras, que nos hacen sacar lo mejor de nosotros mismos cuando nos proponen un trabajo para acompañar sus atuendos.Ellas son portadoras también de una tradición que pasa de madres a hijas, el uso del abanico.No se entiende la figura de una Fallera o una Festera, si no va unida a su abanico. Suele ser personalizado, y a menudo autenticas joyas de la artesanía abaniquera.
Para hacer este abanico me mandaron unas fotos de las telas de su vestido, a partir de las cuales nació el abanico de Estela, en madera de peral y con el país de algodón pintado a mano.