Dos niños no dejan mucho margen para charlar. Uno porque es una cotorra y otra porque es pequeña y no da tregua. Y cuando hay “margen”, está uno derrotado y hay que aprovechar para descansar o darse el parte. Total, que no hay tiempo material para hablar casi ni de lo más básico del día a día!! Solución: llamada rápida cuando se duermen, SMSs, correos…Vamos, lamentable. Sé que es temporal, pero…lamentable!
Oye, que se me olvídó decirte que…Mamá, acuérdate de…
Sister, qué pasó al final con aquello que me contaste…
Papá, que al final no me has contado nada de tu viaje….
PadredeChiquininis, no te olvides de entrar en la farmacia…Y cuando veo a mis amigos, de guindas a brebas, tenemos mil asuntos pendientes, mil cosas que contarnos, pero al final se quedan en la mitad. Porque….sí! ellos también tienen niños! Y entonces ya casi es misión imposible. Nos contamos más cosas casi por teléfono que cuando nos reunimos de cuerpo presente. Supongo que la cosa mejorará cuando crezcan un poco y se entretengan solos, entre ellos, y además lo hagan sin poner su integridad física en peligro.De momento los que sí son sin duda de carne y hueso son los Chiquininis. Sólo hay que oler las cacotas de la niña para confirmarlo, o notar cómo un pequeño ser (bueno, no tan pequeño....)trepa por tu espalda jugando a los superhéroes.