El próximo 15 de mayo se celebra el Día Internacional de la Familia, celebración que invita a profundizar en las situaciones de miles de familias que están atravesando grandes dificultades en tiempos de crisis, como pueden ser aquéllas que tienen algún miembro con discapacidad. Además, este 2014 se conmemora el 20 Aniversario del Año Internacional de la Familia.
Por este motivo, la Fundación Adecco ha elaborado el Tercer Informe Discapacidad y Familia, cuyo objetivo es realizar una aproximación a la situación de las familias que tienen a personas con discapacidad, así como identificar sus preocupaciones, necesidades y demandas. Las conclusiones del informe se basan en una encuesta realizada a 500 familias residentes en España, de las cuales 100 son de Andalucía.
Así, y según un comunicado, los resultados de la encuesta arrojan un gran compromiso de las familias con sus hijos con discapacidad. De hecho, un 85 por ciento de los encuestados afirma que éstos reciben terapias o tratamientos específicos que impactan positivamente en su desarrollo. Frente a ellos, un 15 por ciento declara lo contrario, en la mayor parte de los casos por imposibilidad de afrontar el gasto.
Centrándonos en este 85 por ciento, se observa que la media de gasto mensual dirigido a estas terapias ronda los 350 euros mensuales, cifra que anualmente asciende a los 4.200 euros.
Esta cantidad llama especialmente la atención si la traducimos a porcentaje. Así, para un mayoritario 28,8 por ciento, esta cantidad representa entre el 20 y el 30 por ciento del presupuesto familiar. Por otra parte, para un 23,1 por ciento la cuantía supone entre el 30 y el 40 por ciento del presupuesto familiar. Además destaca un 9,5 por ciento para el que la cantidad representa más del 40 por ciento de sus ingresos.
Según Teresa Pérez, Consultora de Plan Familia en la Fundación Adecco: “Estas terapias son diferentes a las actividades extraescolares que realizan los hijos sin discapacidad (fútbol, ajedrez, natación, etcétara), ya que éstas persiguen un objetivo formativo o de ocio, y las que reciben los niños con discapacidad tienen un objetivo médico o terapéutico: mejorar la calidad de vida, el estado de salud, la autonomía física y/o psíquica, la integración laboral o el desarrollo psicosocial. En la mayoría de los casos, hablamos de tratamientos de larga duración, que se prolongan en el tiempo para reforzar habilidades adquiridas y conseguir nuevas”
Un 55 por ciento de las familias andaluzas con hijo con discapacidad, se sustenta a partir de los ingresos de una sola persona. En otras palabras, sólo uno de los dos progenitores tiene empleo. En muchos casos, esta situación se debe a una elección por parte de los padres, quienes optan porque uno de los dos trabaje fuera de casa, mientras que otro se encargue de manera directa de los cuidados que el hijo con discapacidad requiere.
Siendo mayoritario el porcentaje de familias en las que sólo un miembro trabaja, resulta lógico pensar que las dificultades para llegar a fin de mes se hacen mayores. Según constata la Encuesta de Condiciones de Vida realizada por el INE, aproximadamente un 73,5 por ciento de las familias andaluzas encuentra más o menos dificultades para hacer frente a sus gastos mensuales.
Esta situación aparece acentuada en el caso de las familias que tienen a una persona con discapacidad. Según la presente encuesta, un 80 por ciento encuentra dificultades para llegar a fin de mes. Un 25 por ciento de ellas afirma que tiene que afrontar “muchas dificultades; un 26 por ciento encuentra “dificultades” y otro 29 por ciento “ciertas dificultades”.
Entre las causas que subyacen a los mayores apuros de las familias con miembros con discapacidad, podemos destacar los ya mencionados recursos destinados a su atención y los tratamientos específicos que recibe el familiar, para mejorar su calidad de vida y fomentar su desarrollo.
PRIORIDAD NÚMERO UNO: EL BIENESTAR DEL FAMILIAR CON DISCAPACIDAD
Tengan o no dificultades para llegar a fin de mes, los encuestados tienen claro que el bienestar de su familiar con discapacidad está por encima de todo. Según un 90 por ciento de los encuestados, el hecho de tener un hijo con discapacidad le ha aportado una nueva perspectiva de la vida y se ha enriquecido como persona y ser humano.
Además, los encuestados no dudan en poner en práctica terapias para mejorar el desarrollo, bienestar y calidad de vida de su familiar con discapacidad. Casi la mitad de ellas son de tipo terapéutico (hidroterapias, fisioterapias, equinoterapias, logopedias, etcétera); seguidas de las formativas (26,1%) y las relacionadas con el ocio y el deporte, para fomentar las habilidades físicas, sociales y de comunicación (19,2%) Además, un 5,6 por ciento desarrolla otro tipo de terapias.
Estas terapias proyectan un gran optimismo a los familiares del beneficiario con discapacidad en Andalucía: el 47 por ciento cree que serán muy útiles; el 48 por ciento bastante útiles; el 20 por ciento algo útiles y tan sólo un cinco por ciento piensa que serán poco o nada útiles.
ESCASA CONFIANZA LABORAL
A pesar de la inversión en terapias y tratamientos, un 53,2 por ciento de las familias andaluzas no confía en que su hijo llegue a conseguir empleo algún día. Concretamente, un 26,6 por ciento cree que no conseguirá trabajo debido a prejuicios y estereotipos fuertemente asentados en la sociedad y en la empresa, que impiden la incorporación de personas con discapacidad en condiciones normalizadas.
Según el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero: “En efecto, estos prejuicios son los principales frenos para la plena integración de las personas con discapacidad y los responsables de que no puedan realizarse laboralmente en condiciones normalizadas. Desde la Fundación Adecco, ponemos el acento en la sensibilización y en el impulso de una nueva visión de la gestión de la diversidad, para erradicar por completo la discriminación”.
Asimismo, otro 26,6 por ciento opina que su hijo no podrá acceder a un puesto de trabajo debido a que su discapacidad le impedirá tener la autonomía suficiente como para poder trabajar. Frente a ellos, un 46,9 por ciento es más optimista y considera que su hijo podrá acceder a un puesto de trabajo como cualquier otra persona.
Sin embargo, y a pesar del ineludible peso de los estereotipos y prejuicios sociales, recientes estudios demuestran que la propia familia también puede suponer un freno para que la persona se realice plenamente. Según los datos de la presente encuesta, un 44 por ciento de los encuestados tiende a la sobreprotección, aunque sin ser consciente de ello. Frente a ellos, un mayoritario 56 por ciento intenta fomentar la autonomía de su familiar con discapacidad.
MÁS SENSIBILIZACIÓN
Prácticamente la totalidad de los encuestados (97%) demanda más apoyos para facilitar la vida de las familias que tienen a personas con discapacidad. Por encima del aspecto económico, destaca el social: un 66 por ciento considera que hace falta más sensibilización en la sociedad y en los entornos educativos y laborales para hacerlos más inclusivos.
Asimismo, un 63 y un 56 por ciento demandan más ayudas económicas, en forma de acceso a bienes y servicios o a subvenciones, respectivamente. Por último, un 30 por ciento apela a la accesibilidad, destacando que es necesario eliminar las barreras arquitectónicas para normalizar.