Es intrigante cómo puede volar la imaginación cuando vemos una determinada escena. Me ponen una foto delante y ya me estoy imaginando a la heroína (porque siempre hay una heroína) ...
esperando a ese desconocido que a hecho saltar todas las alarmas, erizándole el vello de la nuca...
Pero ya se está haciendo tarde y no hay ni rastro, quizá no captó el mensaje de su mirada...
quizá estaba equivocada respecto a él. No, su cuerpo no se equivoca, algo ha sucedido, no ha podido ser tan tonta...
¿Y si él no sintió lo mismo? ¿Y si sólo fue fruto de su immadura imaginación? Sus pupilas estaban dilatadas, su cuerpo tenso y ese calor que desprendía...
No puede esperar más, si hoy no viene, mañana tendrá que mover algunos hilos. El encuentro sucederá tarde o temprano, sólo espera no precipitarse al vacío...
Shalom Harlow en el número de junio 2010 de Vogue UK.