"Una orgía de sexos y drogas. Ha ardido Troya, hijo", son las palabras de la madre de Faraday, Javier Bódalo, después de una fiesta loca organizada por la novia de éste, Diana Gómez, para celebrar los doscientos followers de esta en su blog. Uno de los momentos más cool y supermegaguays (hipsters y otros círculos parecidos a éste) del nuevo trabajo de Norberto Ramos del Val. Un momento donde el guión es: puro, auténtico, genuino, directo y sin cortes... "La historia de amor más imbécil", vamos, como bien dice en el tráiler.
Sorprendente podría ser la palabra con la que definiría yo este último trabajo del santanderino. Guste más o menos el resultado final a todo aquel que lo vea, es innegable que el zarpazo fresco que se nos da con esta historia loca de amor y parapsicología, estirándonos las mejillas para no dejar de sonreír, es, cuanto más, un excelente trabajo revitalizante. Sus personajes, guión, montaje, prólogo, "efectos especiales"... son, dentro del pequeño presupuesto, o "Low cost", como quieran definirlo, magnánimos. Decía Norberto en una entrevista que ni idea de quién caería en el reparto. Pues menos mal que desconocía por dónde irían los tiros, porque es un reparto sobrenatural como el film.
Esta película de sucesos paranormales, porque todo lo que pasa es casi "inexplicable" finalmente, cuenta cómo , un supuesto telépata frustrado, está empezando a perder su fe en lo paranormal. Su novia, Diana, es una bloguera cuya máxima aspiración es ser una famosa de internet. Una amiga les pasa el contacto de un piso barato para que puedan independizarse, pero una vez allí descubren que está encantado... Sonia, no diré quién es, será la nueva fuerza y amor de nuestro Faraday venido a menos. El independizarse a territorio fantasmal, tiene sus pros y sus contras. ¡Comienza el desmadre!
Un piso encantado para dos personas encantadas de vivir como viven y para lo que viven. Felices solas y casi felices juntos, porque son casi inseparables. Las vivencias, testimonios, sucesos... durante todo el film, son el gotero mágico de una película donde todo se podría decir que es inverosímil, -pero esto depende de la mente de cada uno-. Una historia en la que todo fluye como la mejor máquina engrasada. Una película fabulosa y magistralmente montada y contada. En Faraday se nos sirve un cóctel de cientos de sabores indescifrables con el que llegar a la desembocadura de un relato final desternillante y explosivo.
Faraday funciona como lo hace, por un tronchante guión y por unos personajes más perdidos de la azotea que la propia historia para la que trabajan. Es con esto con lo que realmente me quedo y por lo que la recomiendo encarecidamente. La madre de Faraday, es de premio. La novia, Paticupcakes, mención especial. Y así podría estar calificando a todos y cada unos de ellos hasta el último que sale y apenas dice dos palabras. Personajes reales en papeles perfectamente creíbles, aunque jueguen un poco con lo surreal.
¡Faraday es altamente recomendable!