La hiperplasia prostática benigna es una condición prostática, que afecta a la próstata del hombre. Mientras los hombres envejecen, la glándula prostática crece lentamente. Al crecer, la glándula prostática puede causar presión en la uretra, y causar que el flujo de orina sea más lento y débil.
La mayoría de los hombres empieza a sufrir hiperplasia de próstata a partir de los 50 años, una enfermedad que a pesar de ser benigna puede deteriorar la calidad de vida tanto física como mental y anímica. En los últimos tiempos se ha experimentado un avance importante en el tratamiento farmacológico de la enfermedad, que tiene como objetivo reducir la gravedad de los síntomas y retrasar la cirugía.
Un hombre con hiperplasia benigna de próstata puede sentir la necesidad de orinar cada 1 ó 2 horas, incluso durante la noche.
Uno de los síntomas en la necesidad de levantarse más frecuentemente de noche para orinar. Otro síntoma es sentir la necesidad de orinar más durante el día y tener dificultad al empezar el flujo de la orina o gotear después de haber orinado. El tamaño y fuerza del flujo de orina puede decrecer.
La ausencia de tratamiento puede derivar en complicaciones más graves, como infecciones urinarias, retenciones agudas de orina e incluso daños en el riñón.
Según los especialistas, el tratamiento farmacológico para la hiperplasia benigna de próstata ha avanzado mucho en los últimos años, en los que se han incorporado nuevos medicamentos y se ha optimizado su uso.
La utilización combinada de dos fármacos como el Finasteride y la Doxazosina reduce el riesgo de progresión de la enfermedad.
Los efectos secundarios de estas medicinas son leves y desaparecen una vez que se deja de tomar el medicamento. Los efectos secundarios incluyen los vértigos y mareos, fatiga y vahídos de cabeza.
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