Ayer pasamos el solsticio de invierno, lo que ha significado dejar atrás la noche más corta en el hemisferio norte y la más larga en el sur, nosotros damos comienzo al invierno y ellos al verano.
Esto significa que nuestras noches dejan de agrandarse y los días poco a poco ganarán minutos de luz hasta que llegue la primavera. En España esta diferencia entre las horas de noche y de luz y diurna no es tan brusca como en los países nórdicos, en los que, en las áreas más al norte tienen prácticamente meses de oscuridad sin días y en verano de claridad sin noche.
¿Y cómo solucionan los nórdicos el tema de la oscuridad?, con luz artificial :) obvio, si, pero no vale todo. Aunque no tengan luz natural, no llenan la casa de lámparas, focos o fluorescentes y hacen que su casa parezca un plató de televisión, nooo, nada más lejos de la realidad.
Lo que hacen es crear muchos puntos de luz, pero prácticamente solo de ambiente y esto es así hasta en los hoteles y restaurantes, (si alguna vez habéis viajado por Escandinavia lo habréis notado, que cenan en algunos sitios ‘muy a oscuras’ :)).
Velas, farolillos, candelabros, lamparitas, guirnaldas de lucecitas, etc. son recursos muy utilizados en salones y dormitorios para crear la luz de ambiente. Pero no exclusivos de estas habitaciones, en el comedor, en el baño o incluso en el exterior también los veréis.
Durante el periodo de navidad es fácil acordarse de este tipo de iluminación pero en realidad, podéis usarla todo el año. Las guirnaldas de luces situadas en sitios estratégicos y de color blanco son agradables en invierno y en verano, dentro y fuera de casa, lo mismo que las velas.
¿Os gusta este tipo de iluminación? ¿Usáis velas y guirnaldas también en verano? ¿Qué os parece la terracita de este apartamento con esa iluminación? ¡Feliz martes!
Vía: Erik Olsson
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