
Mysteries of Vernacular, una web llena de historias de palabras
Claro que hay que saber que el español "cabo" viene del término latino caput, "cabeza". Un nuevo libro que nos cuenta historias de palabras, el Etimologicón de Javier del Hoyo, nos dice sobre este vocablo que "cabo", es decir, la cabeza o parte principal de algo, "puede ser también la parte más prominente de la placa continental, la cabeza que invade el mar. Y de ahí la navegación de cabotaje, que es la que se hace sin alejarse de los cabos, sin pernoctar en alta mar (...) De ese primer sentido, ‘cabo’ pasó a significar lo que está al principio, de donde tenemos expresiones como atar cabos, o bien de cabo a rabo para indicar desde el comienzo hasta el final de una cosa, o al fin y al cabo. (...)Curiosamente, por ley psicológica de asociación por contraste ‘cabo’ pasó a significar ‘término’, de donde llevar a cabo y más tarde acabar alguna cosa". Pues las palabras tienen esta peculiaridad: a veces, rodando, rodando, pasan a significar lo contrario que en sus orígenes. Las historias de las palabras enganchan, y si es en forma de un volumen bien editado y adornado con bonitas ilustraciones como éste, aún mejor. Uno se queda fascinado al saber que la palabra "veneno" está relacionada con el amor, porque procede de la diosa romana Venus; en sus inicios, designaba simplemente a una pócima afrodisíaca (el Viagra de la antigüedad, vamos, que ya estaba todo inventado), pero hay que pensar que sus efectos eran a veces letales, de ahí su actual significado. O que un valle no es más que "el lugar hacia el que ruedan las piedras desde las montañas" (del verbo latino "volvo"; por cierto, que de ahí procede también la marca del coche sueco). Y dan ganas de saber más...
