Revista Opinión

Fascismo de derechas y de izquierdas

Publicado el 17 enero 2017 por Alberto Alberto Rodriguez Garcia @albertoalmundo

Fascismo de derechas y de izquierdasRecuerdo haber tratado este tema antes, pero lejos de mitigarse el problema, veo que cada día se acrecenta, por lo que me veo con ganas de volver a tratarlo. Se trata de la típica falacia de llamar fascista a la derecha política. También analizaré algo el tema para ver quienes son los verdaderos fascistas en nuestra sociedad.

Definiciones

Como buen punto de partida, conviene irse a la RAE para ver de qué estamos hablando:

fascismo
Del it. fascismo.
1. m. Movimiento político y social de carácter totalitario que se desarrolló en Italia en la primera mitad del siglo XX, y que se caracterizaba por el corporativismo y la exaltación nacionalista.

corporativismo
De corporativo e -ismo.
1. m. Doctrina política y social que propugna la intervención del Estado en la solución de los conflictos de orden laboral, mediante la creación de corporaciones profesionales que agrupen a trabajadores y empresarios.
2. m. En un grupo o sector profesional, actitud de defensa a ultranza de la solidaridad interna y los intereses de sus miembros.

nacionalismo
De nacional e -ismo.
1. m. Sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia.
2. m. Ideología de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nación, aspira a constituirse como Estado.

Según estas definiciones se podría resumir que fascismo es básicamente totalitarismo, es decir, un sistema político anti-democrático y que, como es lógico, se apoya en un Estado todo-poderoso para imponer esas ideas únicas del totalitarismo.

Implicaciones

Para empezar, dos implicaciones generales importantes:

  1. El fascismo puede ser de cualquier ideología. Sólo es necesario que se intente imponer una idea para que sea una actitud fascista.
  2. Derecha e izquierda, apuestan por un Estado muy poderoso, que controle de forma generalizada a la sociedad.

Yendo a las diferencias entre las dos grandes ideologías políticas, izquierda y derecha, dado que la derecha apuesta por el libre comercio, el control estatal es, al menos en teoría, más moderado en la derecha. Al menos, por lo económico. En el lado social, es claro que la derecha es conservadora y la izquierda progresista. Muchos pensarán que progresismo es sinónimo de libertad y,  por lo tanto, lo que la derecha gana en libertad económica, lo gana la izquierda en libertad social. Pero no, no debemos confundirnos en este punto. Lo aclaro a continuación.

El progresismo no apuesta por la libertad social, sino por imponer un modelo “moderno” a la sociedad, al igual que la derecha apuesta por imponer un modelo “conservador”. Pero ninguno apuesta por un modelo de libertad individual en el plano social. Sólo los liberales o libertarios (corriente política muy minoritaria) son los que apuestan por libertad también en el plano social, sin que el Estado imponga a “golpe de ley” ninguna opción social.

El progresismo no apuesta por la libertad social, sino por imponer un modelo “moderno” a la sociedad, al igual que la derecha apuesta por imponer un modelo “conservador”.

Por lo tanto, en cuanto a libertad, está claro que la derecha se muestra claramente más libre, aunque sea sólo en la faceta económica. La izquierda, sin embargo, se muestra más impositiva y controladora en ambos grandes sectores: El económico y el social.

Democracia

Pero este debate no tendría la más mínima importancia si, al final, las políticas administradas (de derechas o izquierdas) estuvieran legitimadas de una forma clara y evidente. Pero es que esta legitimación no existe realmente.

Lo que legitima una política es que provenga de un proceso democrático… real. El adjetivo “real” es sumamente importante, puesto que la democracia puede corromperse en según qué situaciones. Lamentablemente, estamos en un momento de la historia, donde la democracia está muy corrupta y lo que tenemos, sea lo que sea, no proviene de una actitud realmente democrática. Por lo tanto, la conclusión es muy clara: Estamos ante Estados teóricamente democráticos pero que en el fondo, son bastante totalitarios…

Demagogia y mentira

¿Por qué digo que la democracia actual, concretamente en España, no es real? Por dos razones básicas, dependiendo de cuál sea la opción de gobierno final:

  • Si gobierna la izquierda, el voto ganador proviene básicamente de la demagogia
  • Si gobierna la derecha, el voto ganador proviene básicamente de la mentira

La demagogia se utiliza para manipular las mentes más débiles o perezosas, que no saben o quieren analizar más allá de lo aparente y se quedan sólo con la apariencia de una idea, típicamente muy atractiva. Esta manipulación del prójimo se da por muchas razones: Ignorancia, simple orgullo (ego), poder o dinero… O una combinación de las anteriores. Pero en ningún caso esa manipulación se hace por el bien ajeno, común o social, como los demagogos de la izquierda indican todo el tiempo. Cuando la demagogia se lleva al terreno de lo político se le llama Populismo: El “arte” de engatusar a la gente para que te vote aunque ese voto no les convenga. También hay un tipo de populismo de derechas, pero es mucho menos frecuente dado la naturaleza intrínseca del pensamiento de derechas.

Por otro lado, las ideas de la derecha son, o bien complicadas (economía) o bien tradicionales (sociedad). Ambos calificativos no son realmente atractivos a primera vista. Por esa razón, el político de derechas utiliza a menudo la mentira para lograr votos, intentando no explicar las complicadas ideas económicas o vender las conservadoras y “aburridas” ideas sociales.

Por lo tanto, parece claro que estamos ante un panorama político bastante mediocre, donde se presume mucho de democracia pero que en la práctica existe una sociedad, o bien muy traicionada (mentira) o bien muy manipulada (demagogia). Es normal pues que el nivel de descontento político sea enorme.

Conclusión: ¿Quién es más fascista?

Pero volviendo al asunto con el que inicié este artículo, si existe una ideología fascista en la sociedad, ¿sería más de derechas o más de izquierdas?

Ya sea a través de la mentira o de la demagogia, parece que ambas grandes opciones políticas no practica la democracia plenamente, por lo tanto, ambas son relativamente fascistas. Pero hay dos diferencias sutiles pero importantes que hacen que una sea más fascista (menos demócrata) que la otra. Ya han sido apuntadas antes, pero a continuación se enumeran:

  1. La izquierda apuesta más por una gobierno estatista. Es decir, la izquierda reclama más control e intervención del Estado en la sociedad. Esto es una característica incluida en el fascismo.
  2. La derecha, pese a apostar por establecer leyes que intervienen en las opciones sociales, al igual que la izquierda, deja mucha más libertad en el aspecto económico. Por lo tanto, la izquierda, al imponer unos modelos económicos, vuelve a ser más fascista que la derecha.

Para quién tenga un mínimo de capacidad analítica, es muy evidente quién es más propenso al fascismo y curiosamente son los que acusan más de fascistas: Los de ideología de izquierdas o progresistas. Con esto, no quiero decir que cualquier progresista sea fascista, ni que todos los derechas dejen de serlo. Sino quién es más propenso a serlo, según sus propias características ideológicas. Lo que sí me parece indignante es que se de por válido en muchos ámbitos, incluso entre los propios conservadores, que el fascismo es casi un sinónimo de ser de derechas, cuando en realidad es más bien lo contrario y, aún así, por parte de la derecha, no se ha usado esa baza argumental casi nunca. ¿Será que realmente, existe una gran parte de fascista en cualquier progresista?… 😉

La alternativa: Liberalismo.

A pesar de considerarme aún muy conservador (o naturista, que para mi es equivalente), actualmente opto más por el Liberalismo (o Libertarismo, según las fuentes).

En el Liberalismo la prioridad es la libertad del individuo, no los Principios que tenga. Es decir, algo que está muy en contra de las dos ideologías tradicionales de izquierdas y derechas. De todas formas, al contrario de lo que pueda parecer, un liberal está más cerca de uno de derechas que no de uno de izquierdas, porque el de derechas apuesta por la libertad de mercado mientras que el de izquierdas apuesta por un Estado paternalista que lo controle todo, incluso las relaciones sociales.

Por lo tanto, al declararme liberal (total, no sólo económico) freno la demagogia y la manipulación de la izquierda y puedo impedir que me impongan sus ideologías sociales progresistas mediante el Estado, sin el temor que me acusen de lo mismo al intentar imponer una idelogogía social, en este caso conservadora.

Por lo tanto, viva el liberalismo y abajo el fascismo!, provenga de donde provenga! 😉


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