Una sociedad, un país, un Estado da el paso definitivo al nazifascismo cuando sus delincuentes denuncian judicialmente a sus víctimas. Es esta inversión de la legalidad lo que imprime carácter definitivo a la situación, cuando los criminales delincuentes de la Gürtel consiguen sentar en el banquillo de los acusados a su propio juez, cuando los canallescos agresores en el terreno de juego, en el campo de fútbol amenazan a sus agredidos, a sus propias víctimas con llevarlas ante los tribunales si se atreven a exteriorizar sus protestas, el nazifascismo no es que haya tomado carta de naturaleza en el país, es que lo ha invadido todo como una gangrena incurable que no se sabe ya hasta dónde puede llegar.Cuando el conspirador, el político traicionero, el hombre que no ha dicho una sola verdad en toda su vida, el sinvergüenza capaz de mentir continuamente con el mayor cinismo ha llegado a presidente del país, tal como lo hiciera en su día el propio Hitler, el nazifascismo campa por todo el Estado y ha desaparecido, quizá para siempre, cualquier asomo de seguridad jurídica porque el Derecho no es que sea ya perseguido en este país, es que, además, causa irrisión y es totalmente escarnecido.Cuando la decencia, la honestidad, la honradez son consideradas como auténticos crímenes, la sociedad justa y el Estado de Derecho no es que corran auténtico peligro, es que realmente han desaparecido y, entonces, no es que vivamos tiempos de oscuridad, como en su día escribiera Hannah Arendt, es que el más espeso de los mantos de negrura cubre, quizá para siempre, nuestro cielo.Por eso a mí me parece absolutamente criminal ese optimismo social que piensa que vamos a salir del agujero gobernados,dirigidos, auspiciados por gentes así, cuando el presidente del gobierno rompe cínicamente su contrato social, ése que le ha llevado a la cumbre del poder ejecutivo y la 1ª medida que toma es subir los impuestos, siendo así que la mayor parte de su campaña electoral estuvo presidida, dominada por acusar a sus enemigos políticos de que lo 1º que iban a hacer, si continuaban detentando el poder, era subir los tributos, todo atisbo de decencia procedimental en el gobierno de la nación no es que desaparezca, es que supone una auténtica locura porque los indecentes no pueden transmutarse de ninguna manera, aunque realmente lo pretendieran, que no lo harán nunca porque el nazifascismo franquista no puede cambiar nunca su propia naturaleza.Casi parece irreverente, escribir ahora y aquí, también de fútbol, pero como todo el mundo debería de saber ya, nosotros somos marxistas, pensamos que todo, absolutamente todo, no es más que una superestructura económica, que a una economía superliberalcapitalista neocons como la que reina desdichadamente en este país corresponden unas estructuras sociopolíticas absolutamente acordes con esta nueva apariencia que ha asumido el nazifascismo, en nuestro país, de manera que así como se ha permitido socialmente, apenas con unas débiles protestas sociales, que sólo eran meramente testimoniales, que los sucios delincuentes de la Gürtel y los canallescos asesinos franquistas que poblaron de víctimas absolutamente inocentes las cunetas de las carreteras y las tapias de los cementerios, hayan llevado ante unos nuevos tribunales de orden público al juez que se ha atrevido a iniciar contra ellos una causa criminal, así, también, los nazifascistas del fútbol amenazan ahora a sus machacadas víctimas con llevarlas ante los tribunales si se quejan, si se atreven a decir siquiera que son tales víctimas, que están siendo perseguidas inicuamente por una conjunción increíble de la federación, los árbitros, los comités de competición e incluso esos falsarios organismos que en España dicen que se han constituido para atajar la violencia.Es el signo de los tiempos esta especie de asquerosa jactancia con la que los nazifascistas abusan cínicamente de su poder en todos los ámbitos, amparados por esa insensibilidad moral que han conseguido imbuir a la gente, al pueblo, a la masa con esa constelación fatal de unos medios de comunicación que se hallan en su casi totalidad en manos de una ultraderecha sin vergüenza, que no tiene reparo ni inconveniente alguno no ya en falsear descaradamente la realidad sino en imponer la mentira total como método para dominar completamente a las masas.Que Dios, o quien sea, tenga piedad de todos nosotros, porque en un mundo como éste, en un país así, en una sociedad como la que hemos permitido que se construya de esta vergonzosa manera, no es que lo vayamos a necesitar es que nos resulta ya imprescindible incluso para respirar.-¿En qué se basan Pepe y usted para decir que el pisotón fue un acto involuntario?-Si quiere llamar a Pepe mentiroso está en su libertad y luego acepte las consecuencias. Hágalo y asuma lo que pase.