Fátima Báñez, un paquete yermo

En Génova estaban desorientados, primero dijeron que no aceptarían más de 2700 refugiados, luego la disposición positiva de Alemania, que no esperaban, y las proposiciones de algunos ayuntamientos y comunidades autónomas a favor del acogimiento les ha dejado desubicados y han tenido que decir que aceptarán lo que les venga de la Unión Europea, muy a su pesar, aunque todavía algunos peperos hablan de que depende de los recursos económicos, anteponiendo la economía a los derechos humanos esenciales.

Entonces, pensaron que había que tomar la iniciativa y como no saben todavía qué hacer, cuántos refugiados acoger, cómo repartirlos, decidieron ganar tiempo hasta que la Unión Europea (Alemania sobre todo) les indicara  –ellos siempre están acostumbrados a obedecer a los poderosos— el número de refugiados y las condiciones. Y para ganar tiempo decidieron que Fátima Báñez convocara a las CC.AA., con ese único fin.

No es caprichoso que la reunión la convocara y coordinara Fátima Báñez, y no la vicepresidenta, el presidente o el ministro del interior (que sería a quienes correspondería, recordemos que Báñez es ministra de Trabajo ¿?), porque se trataba de que cargara con el muerto esta ministra lumbrera, a la que utilizan como si fuera papel higiénico, al que luego se tira por la borda y luego vuelven a reciclar.

Báñez es un paquete. Y las CC.AA. pensaron que al abrirlo encontrarían algo y encontraron la nada, era una trampa, un paquete vacío. Una reunión inútil, sin ningún resultado, una pérdida de tiempo que para el PP es una ganancia puesto que su pretensión es parecer que hacía algo a favor de los refugiados, cuando no hace sino esperar órdenes de Europa. Y Fátima cumplió su misión, se encomendó a su virgen y cumplió su cometido: No hacer nada, ganar tiempo, parecer que hacía algo.

Así, Mónica Oltra, de la Comunidad Valenciana, sale cabreada de la reunión: “Nunca he asistido a una reunión tan inútil y vacía”. Y otros representantes de las CC.AA. acusan al gobierno de ineficacia y de no decidir nada de nada.

Y es que Báñez es un paquete. Y las CC.AA. pensaron que al abrirlo encontrarían algo y encontraron la nada, era una trampa, un paquete vacío. Una reunión inútil, sin ningún resultado, una pérdida de tiempo que para el PP es una ganancia puesto que su pretensión era parecer que hacía algo en favor de los refugiados cuando no hacía sino esperar órdenes de Europa.

Pero, qué se puede esperar de un personaje como Fátima Báñez cuyo gran éxito ha sido una reforma laboral, que le han confeccionado desde la patronal, y cuyos resultados han dado una precariedad que aumenta de forma exponencial. Un personaje que ha confiado sus éxitos a la Virgen del Rocío o que llama a la emigración obligada de nuestros jóvenes, movilidad exterior. O que hace pocos días, dice que la recuperación económica ha quedado para quedarse justo cuando los datos del mes (agosto) han sido los peores de los últimos 18 meses.

En fin, hay ministros con más mala baba, con una gestión nefasta, con una falta de sensibilidad absoluta, pero Fátima Báñez es la reina de la nada, de la ineficacia, del no saber, un adorno ministerial, una correveidile, una abrazafarolas. Rajoy tendría que explicar qué méritos encontró para nombrarla parte de su gobierno, salvo que es una persona servil y acrítica que siempre le dirá sí a lo que le manden.

Y es que en el fondo les molesta acoger refugiados, aunque ahora no tengan más remedio, Europa y la campaña electoral mandan. Y yo, ingenuamente me pregunto: ¿Por qué tenemos que sufrir tanta tomadura de pelo?

Ingenuamente las CC.AA. han caído en la trampa y han perdido el tiempo. Ya saben, de ahora en adelante, lo que tienen que hacer. Si la reunión es con una ministra inútil que no vayan, salvo las comunidades que estén gobernadas por el PP, que forman parte de la argucia y, además, son todas muy obedientes.

Salud y República