Lo más triste es que la única cosa que se puede hacer durante ocho horas al día es trabajar.William Faulkner
William Faulkner trabajó en diversos oficios manuales hasta que llegó a la oficina postal de la Universidad de Mississipi. Estuvo en ella durante 3 años, y conociendo su comportamiento mientras le duró el trabajo sorprende que fueran tantos.
Al parecer fueron numerosas las ocasiones en que llegaba tarde, le pillaban leyendo o escribiendo, o abría la oficina solo una hora, o leía las revistas antes de entregarlas... Hasta que dijo basta.
En 1924, con 27 años, decidió renunciar al puesto en Correos, para el que evidentemente no servía, como tampoco lo hizo Bukowski, que también renunció a su puesto: "En la oficina de correos contrataban a cualquier tirado", dicho por él mismo en su obra Cartero.
¿Qué tendrá Correos que atrae a los escritores? Quizás el horario de mañana que te permite las tardes libres...quizás el recibir día a día a decenas de personajes que desfilan delante de tí alimentando a tu imaginación...
Faulkner quiso renunciar con estilo, y para ello escribió la siguiente carta:
Octubre, 1924Mientras viva en el sistema capitalista sé que mi vida estará influenciada por las demandas de la gente adinerada. Pero maldito sea si me pongo a las órdenes y la disposición del primer hideputa itinerante con dos centavos para invertir en una estampilla postal.Esta, señor, es mi renuncia(Rúbrica)October, 1924As long as I live under the capitalistic system, I expect to have my life influenced by the demands of moneyed people. But I will be damned if I propose to be at the beck and call of every itinerant scoundrel who has two cents to invest in a postage stamp.This, sir, is my resignation.(Signed) Faulkner, como siempre, a lo grande.
No renunció nunca a escribir, aún sabiendo que no siempre sus escritos le proporcionarían ingresos (hasta que vendió Santuario), por lo que escribió y escribió, y bebió también. Bebió mucho. Trabajó para Hollywood como guionista, escribió El ruido y la furia y Luz de agosto y relatos y poemas y fue granjero hasta conseguir el Nobel en 1949. Cuando se registró en el hotel donde se alojaba antes de recibir el premio, lo hizo indicando de profesión "agricultor". Humilde, como los grandes.
Un hombre puede escribir en cualquier momento si se empeña tenazmente en hacerlo. Samuel Johnson Para leer más: Faulkner, de granjero a premio Nobel