Revista Insólito
Estalayo recuerda el día que, en compañía de un hermano más pequeño, sin haber cumplido todavía los 10 años, les pillaron dos guardias pescando a mano debajo del puente de Tremaya. Había dejado las truchas debajo de un espino. El sabía, porque lo había oído en casa, que estaba prohibido pescar truchas, pero pescar cangrejos no era una falta grave. Uno de los guardias dijo: ¡qué, chavales,
