Nuestro "centro de operaciones" se encuentra en la zona más oriental de Asturias, casi lindando con Cantabria (¡otra tierra maravillosa!), en un pueblito minúsculo, perteneciente al concejo de Llanes, que mira hacia las montañas y desde el que puedes llegar a pie a la playa a media hora -en coche en menos de diez minutos-. Por las mañanas te despierta el trino de los pájaros y durante el día te acompaña el sonido lejano del cencerro de las vaquitas que ves pastar en las laderas de enfrente. Todo es paz.
La mayor reticencia que esgrimen quienes no conocen Asturias para sacarla de su planes de vacaciones es el clima. Sí, es cierto, aquí llueve con frecuencia. Pero la verdad es que las temperaturas son suaves y la oferta lúdica y cultural es muy amplia. Cuando el agua no permite ir a la playa, hay montones de planes alternativos a cubierto. Y cuando por fin sale el sol, se te olvidarán de golpe los días de lluvia... ¡nada más bonito que sus playas y sus montañas!
El mundo prehistórico está muy presente en toda la región -y también en Cantabria-. Para quienes les apasiona el tema y para quienes viajan con niños, les sugerimos visitar el MUJA (Museo de Jurásico de Asturias), las cuevas de Tito Bustillo y el Pindal y por supuesto, muy cerca, en Cantabria, el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira. También en Cantabria, al lado de nuestro refugio asturiano, se encuentra la cueva de El Soplao.
Si lo que te va es el deporte, también hay mil opciones para liberar adrenalina: excursiones de montaña para todos los niveles, sendas costeras para recorrer a pie o en bicicleta, escuelas de surf, campos de golf, descenso de canoas...
Desde donde se encuentra nuestra casa familiar, abarcamos en el día con comodidad por autovía desde Oviedo hasta Santander. Entre ambas ciudades la lista de localidades con encanto que merece la pena visitar es demasiado larga para detallarla aquí, te aconsejamos acudir a una oficina de información turística si vas a recorrer la zona. ¡Anímate!
Estos son nuestros favoritos asturianos del mes:
- Sidra natural. Desde pequeñas hemos visto escanciar la sidra en casa, aunque nosotras no somos muy duchas en este arte :S De nuestros viajes volvemos con algunas botellinas y nos encanta tomarla cuando estamos en Zaragoza en nuestras reuniones con amigos. Pero lo que nos gusta de verdad, es disfrutarla in situ. Es una bebida suave, refrescante, con poca graduación, que va bien con casi cualquier cosa y además es barata. Un culín de sidra se puede tomar a cualquier hora del día. El vaso normalmente se comparte y el último sorbo se tira al suelo, dicen que para devolverle a la tierra lo que es suyo (y para que el alcohol deje limpio el borde del vaso para que beba el siguiente). Para quien no está acostumbrado a veces resulta una bebida un poquito ácida, pero a nosotras simplemente NOS EN-CAN-TA.
- Gastronomía. ¿Qué podemos decir de la cocina asturiana que no se sepa? Es casera, sabrosa y sobre todo muy contundente. Carnes, pescados, mariscos, postres... todo está delicioso y la materia prima es de primera. La relación calidad y cantidad / precio es sorprendente y nosotras siempre volvemos a casa con un par de kilillos de más. Nuestros favoritos, el cachopo (que por más que insista Ferrán Adriá es mucho más que una croqueta), el arroz con pitu, el pastel de cabracho, las fabes, los tortos, el pastel de queso... En fin, podríamos hacer un listado interminable.
- Casa Marisa. Y hablando de gastronomía en general os contamos cuál es uno de nuestros restaurantes favoritos en particular. Se encuentra en el pueblo de Noriega, situado entre Unquera y Llanes y es un restaurante de comida casera que también cuenta con una amplia terraza. Pruebes lo que pruebes, te encantará y está genial de precio. Si estás por la zona, ¡no dudes en visitarlo!
- El Archivo de Indianos - Museo de la Emigración, Colombres. Quinta Guadalupe, es la casa que acoge este museo de visita imprescindible. El propio edificio y sus jardines, construidos en 1906 por el emigrante a México Íñigo Noriega Laso, justifican por sí solos la visita. El palacete, típico ejemplo de arquitectura indiana, alberga una muestra dedicada al fenómeno de la emigración asturiana a América a lo largo del tiempo, especialmente en los siglos XIX y XX. Recorriendo sus salas, comprendes las razones que llevaron a tanta gente a abandonar sus hogares, prácticamente con lo puesto, y qué fue de sus vidas al otro lado del Atlántico. También comprendes el vacío que dejaron en quienes se quedaron en tierra, esperando un regreso que en muchos casos nunca llegó. Además, se expone documentación original sobre las casas regionales que se fundaron en los diferentes destinos americanos -como el Centro Asturiano de La Habana- y su importante labor de acogida y apoyo a quienes iban llegando a América como emigrantes, refugiados o exiliados, según la época.
- Sus playas. Le hemos dado vueltas y somos incapaces de quedarnos solo con una. Toda la línea costera está recorrida por infinidad de calitas, playas y rincones especiales donde la naturaleza lo llena todo. Playas preciosas de arena donde la vegetación está a dos pasos, rocas, azules intensos, mariposas... Y lo mejor de todo, mucho menos masificado que la costa mediterránea. Algunas de nuestras favoritas: Buelna, Vidiago, Andrín, Torimba, La Franca, Troezno, Ballota, Pendueles... También solemos reservar una mañana o una tarde para dar un largo paseo por la larguísima playa de Merón, en San Vicente de la Barquera (Cantabria). ¡Una gozada!
- Sus pueblinos. Aquí de nuevo sería muy complicado elegir. Los pueblos con encanto en esta región son incontables. Entre los más destacados: Cudillero, Lastres, Tazones, Ribadesella y uno de las que más visitamos nosotras, Llanes. Si tu estancia es más larga y te animas a recorrer algún kilómetro más, no dejes de visitar Oviedo, una ciudad rebosante de arte y cultura.
Y de la pagina www.turismoenllanes.es copiamos los tips que ofrecen para integrarse como un asturiano:
- Bebe mucha sidra
- Baja el Sella
- Cómprate una bandera
- Báñate en el Cantábrico y di que “el agua está muy buena” (aunque sea mentira)
- Incluye un ho después de cada frase
- Come como si no hubiera un mañana