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En un momento en donde nadie estaba cerca, a lo lejos se escuchaban los murmullos de conversaciones de adultos y alguna risa aislada de algún niño demasiado pequeño para que los adultos lo obligaran a guardar el silencio que creían respetuoso para la situación. Una niña se acercó al féretro de donde el cuerpo de su amigo descansaba.−Sabes, −empezó la niña a solo unos pasos de su compañero de juegos, siendo separados por la caja de madera −desde que te fuiste parece que la felicidad te siguió. Todos parecen muy tristes. Me dijeron que ahora estas en un lugar mejor y no entiendo porque lloran tanto. Sé que te extrañare como no tienes idea y pensar que no podré volverte a ver hace que quiera llorar. Pero si ahora ya no sufres no me importa. ¡Lo juró!Miro una vez más a su alrededor, asegurándose que nadie estaba cerca y podría oír sus palabras. Al asegurarse de estar sola se acercó un poco más y coloco su pequeña mano a un lado de su boca, como debe hacerse cuando alguien está apunto de contar algo que no debe ser revelado.−¿Te digo un secreto? Me alegro que te hayas ido al cielo. Me parece muy triste que pasaras tanto tiempo encerrado en el hospital o que no pudieras salir de tu casa. Pero pasamos momentos muy felices.Volvió a separarse. Con una pequeña sonrisa y mirando un punto en el infinito para perderse en los momentos vividos.−¿Recuerdas cuánto nos divertíamos? Todos los días salíamos a jugar. Me gustaban los paseamos que dábamos, fuera al bosque en busca de una aventura o solo ir a la tienda. Fueron buenos tiempo ¿verdad? Pero cuando enfermaste y fuiste empeorando, tú parecías tan triste por ya no salir, yo encontré la forma de divertirnos incluso ahí. Frunció el ceño al darse cuenta de algo.−Sabes, creo que es tu culpa que ahora me guste leer. Pero descubrimos historias realmente increíbles, aunque algunas eran complicadas y no las entendimos del todo.La pequeña escucho como la multitud se acercaba y su tiempo a solas terminaba.−Espero que seas feliz y estés mejor, aunque no entiendo porque tuviste que dejar tu cuerpo para poder irte. Cuídate mucho y más te vale regresar algo de esa felicidad que te llevaste, no creo soportar ver a todos tan tristes.
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