A lo largo de los años he admirado a muchas mujeres, a algunas con el paso de los años las he bajado del pedestal, otras continúan en lo más alto.
Mi madre está siempre en lo más alto, mis abuelas también han sido una buena fuente de inspiración, pero saliendo del ámbito familiar y sin dar nombres (solo uno) os diré que admiro a las mujeres luchadoras.
Mujeres que tienen un sueño y luchan por cumplirlo, mujeres trabajadoras, luchadoras, mujeres que un día deciden dejar todo para ir a por su sueño y lo que es más importante, cuando lo consiguen mantienen los pies en la tierra.
Esa parte es la que más admiro, a lo largo de los años me he dado cuenta de que muchas mujeres cuando consiguen eso por lo que tanto han luchado, cambian, dejan de ser cercanas y se convierten en divas que miran por encima del hombro a todo aquel, que según ellas no está a su nivel.
En este mundillo en el que me muevo lo he visto varias veces y me parece horroroso.
Pero ese es otro tema y una polémica en la que no me voy a meter (de momento).
Hoy os quiero hablar de Felicidad Carrera, que me parece un ejemplo perfecto de mujer luchadora, con éxito y con los pies en la tierra.
Hace 30 años felicidad trabajaba en Madrid, en una empresa que nada tenía que ver con el mundo de la estética, pero ella tenía un sueño y dejo su trabajo para ir a por él.
Se formó en el campo de la belleza que tanto la gustaba y a base de esfuerzo, estudio y trabajo logro su sueño.
Hoy, treinta años después tiene en la capital dos centros de belleza que son todo un referente.
Y ahora lo que os decía antes…
Éxito, reconocimiento, dos centros en Madrid a los que acuden mujeres muy famosas y muy importantes de nuestro país, mujeres que depositan toda su confianza en ella. Vamos, un sueño cumplido.
Y Felicidad, chicas, ¡Felicidad tiene los pies en la tierra!
Sale a recibirte con la mejor de sus sonrisas, es ella la que pasa antes de los tratamientos a ver cómo está tu piel, a ver lo que necesita en ese momento, se preocupa por tu estado de ánimo y siempre tiene una palabra amable.
Mima todos los detalles en su centro y se ve que su equipo esta agusto trabajando con ella, algo que es fundamental para que un centro funcione bien y que se nota rápidamente.
Este post no es un post de ¨peloteo¨ este post es un post de admiración hacia una mujer luchadora y de la que he aprendido unas cuantas cosas que me van a venir muy bien.
Seguro que si habéis pasado alguna vez por sus centros de belleza estaréis de acuerdo conmigo.
¡Vivan las mujeres luchadoras y con los pies en la tierra!