Revista Sociedad

Felicidad PROactiva

Publicado el 11 octubre 2011 por Bebloggera @bebloggera
Por la_papio, desde Chile.No quiero hablar de la felicidad eterna, creo que tal cosa no existe. Sí creo en esa sensación de equilibrio que de repente se asoma, esa sensación de bienestar psicológico que puede durar un momento o que puede aparecer cada cierto tiempo.Este año he hecho más cosas que otros años, me he metido en proyectos y situaciones que si bien no me han transformado del todo en una mujer sumamente ocupada, me están haciendo cambiar de a poco. Siempre he sido lenta para mis cosas, para hacer mis tareas, organizar mi vida, dar pasos importantes, etc. Voy caminando por la vida a mi propio ritmo, y tal vez en crecer también aplico esto. Me gusta organizarme de tal manera que no tenga que sufrir, pero este año esa característica ha estado un poco intermitente. Felicidad PROactiva
Tengo una lucha interna entre el estar organizada al cien por ciento y haciendo cosas constantemente, y el disfrutar de la nada, simplemente haciendo nada. Y una vez en que la balanza se ha inclinado más hacia este último lado, he experimentado al principio una tranquilidad pero que termina siendo un infierno personal. En verdad me pone muy triste y de mal humor el quedarme mucho rato sin hacer cosas. ¿No les pasa algo similar, o tal vez lo contrario?Dicen que el hacer nada es un estado que se acerca a la inercia, a la muerte. No, no exagero, y tampoco hablo de descansar un rato, sino que de no ser productivo en días. Dicen también que el hacer nada durante mucho tiempo (hablo de meses e incluso años) puede ayudar a disminuir las capacidades cognitivas. Es claro que tampoco debemos ser trabajólicos, siempre hay que mantener el equilibrio entre lo uno y lo otro, es por eso que muchas veces después de un largo tiempo en la nada, me inundaba una felicidad que nacía del volver a sentirme productiva, es la felicidad del sentirse viva y competente, ser alguien servible e importante, es una felicidad que nace del hacer, y que a nadie le hace mal (si es que mantenemos una cuota sana de cada ingrediente). ¿Y ustedes… en qué lugar de la balanza están?

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