Esta semana hemos celebrado el día del padre. A costa de una semana pasada con la agenda vuelta al aire, he tenido la suerte de poder disfrutar de esa festividad en casa con Alicia y los niños. Conforme crecen te vas viendo cada día más y más reflejado en ellos.
Recuerdo que hace años alguien me contó esta especie de chiste al que no le falta un punto de razón:
Lo que piensa un hijo de su padre:
A los 4 años: Mi papi puede hacer de todo
A los 5 años: Mi papi lo sabe todo
A los 6 años: Mi papi es más sabio que el tuyo
A los 8 años: Creo que mi papá no sabe de todo
A los 10 años: Hace años, cuando mi papá crecía, las cosas eran distintas
A los 13 años: Mi padre no tiene ni idea de eso, claro.
A los 15 años: No le hagas ni caso a mi padre, está chapado a la antigua
A los 17 años: A veces me pregunto cómo pudo mi viejo salir adelante si no se entera de nada
A los 21 años: ¿Mi viejo? Puf! Está perdido... es de otra época
A los 25 años: Creo que mi viejo sabe algo de esto... ¡Ha vivido tanto!
A los 30 años: Tal vez debiera consultar a mi viejo a ver qué piensa él. Tiene experiencia.
A los 40 años: No voy a hacer nada hasta que no hable con mi padre
A los 50 años: Me pregunto cómo habría hecho esto mi padre. Era tan sabio.
A los 55 años: Daría cualquier cosa porque mi padre estuviera aquí ahora para hablar esto con él.
Pero lo mejor de todo es que da igual lo que pensemos nosotros, que nuestro padre, como dice el vídeo -que no debes perderte-, siempre dirá: "puedes contar conmigo".