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Felipe III “El piadoso”

Por Exprimehistorias

Nació en Madrid el 14 de abril de 1578, fue rey de España y de Portugal​ desde el 13 de septiembre de 1598 hasta su muerte.

Tabla de contenido

Felipe III, un gobernante con muy poco interés en los asuntos de estado. Económicamente existieron varios problemas:. Expulsión de los moriscos (1609 a 1610). En su familia hubo mas caso de adicciones como:. Elección de la esposa de Felipe III. La Reina Margarita de Austria-Estiria. Descendencia de Felipe III.

Títulos de Felipe III

Don Phelippe, por la Gratia de Dios, Rey de Castilla, de Leon, de Aragon, de las dos Sicilias, de Hierusalem, de Portugal, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valentia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdena, de Cordoua, de Corcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Oceano,
Archiduque de Austria,
Duque de Borgoña, de Brauante, Milan, y de Lerma,
Conde de Habspurg,de Flandes, de Tirol y de Barcelona,
Señor de Bizcaya y de Molina, &c.

Felipe III, un gobernante con muy poco interés en los asuntos de estado

Felipe III “El piadoso”

No tenía la formación adecuada para ello, ya que su educación había sido escasa debido a sus problemas de salud.

"Dios, que siempre me ha dado tantos reinos, me ha negado un hijo capaz de regirlos", afirmó en una ocasión Felipe II, consciente de que era poco probable que su último hijo varón llegara a la edad adulta.

La educación del joven príncipe fue descuidada y el Rey Prudente prestó mucha más atención a su hija predilecta, Isabel Clara Eugenia. La hija del Rey permaneció soltera hasta poco antes de la muerte de su padre a fin de pensar en un matrimonio que beneficiara a la Monarquía en caso de que hubiera sido su sucesora.

Aunque Felipe II era un padre extremadamente exigente, en cambio Felipe III se convirtió en un joven perezoso y sin ningún interés por los asuntos de Estado.

El médico psiquiatra Francisco Alonso-Fernández lo describe en su libro " Historia personal de los Austrias españoles " como una persona:

"[...]de dotación intelectual escasa o mediocre, casi en el umbral de la deficiencia mental. Si no fuera por su fervorosa entrega al divertimento, la imagen de Felipe III podría ser equiparada a la de los monjes medievales atacados por una especie de pereza melancólica, la acedía".

Los inicios del reinado se caracterizaron por una línea pacifista, obligada por las dificultades financieras llamada Pax Hispánica:

  • Cuando Felipe III llega al trono en 1599 continúa la guerra contra Inglaterra. Al morir Isabel y subir al trono Jacobo I de Inglaterra, en 1603, se convirtió en un sólido aliado para España. En 1604 se firmó la Paz de Londres con Inglaterra
  • En 1609 se firmó la Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas de los Países Bajos. Esto supuso la independencia de facto para los holandeses y permitió el inicio de su expansión por las Indias Orientales y el Caribe.
  • La paz con Francia, que Felipe II había concertado en sus últimos momentos (Vervins, 1598) quedó consolidada en 1615, mediante sendos matrimonios del rey francés con una infanta española y del príncipe heredero de España (el futuro Felipe IV) con una infanta francesa
  • Los éxitos militares conseguidos en el norte de Italia parecieron abrir también allí un periodo de tranquilidad (Convenio de Pavía, 1617).

Los conflictos internos de los Habsburgo arrastraron a toda Europa a la Guerra de los Treinta Años (1618-48).

Iniciada debido al enfrentamiento entre católicos y protestantes en Bohemia, la primera fase de la guerra (la correspondiente al reinado de Felipe III) enfrentó a España, aliada de Austria y de Baviera (que encabezaba a los príncipes alemanes de la Liga Católica), contra los protestantes bohemios apoyados por el Palatinado (que encabezaba a los príncipes alemanes de la Unión Protestante).

La victoria de las tropas españolas mandadas por Spínola en el Palatinado, y de las tropas de la Liga mandadas por Tilly en Bohemia, saldó esta primera fase en beneficio de los intereses españoles; pero la guerra se reanudaría en el siguiente reinado siendo mucho menos favorable.

Económicamente existieron varios problemas:

La adopción de la moneda de vellón (una aleación de plata y cobre) a gran escala para las transacciones en el interior del país se enfrentó al problema de que desde 1599 se llevaron a cabo manipulaciones que consistían en quitar plata de la moneda de vellón, e incluso quitarle peso a la moneda, para especular luego con ese metal.​ La moneda de vellón no dejaría de devaluarse frente al real de plata. Este mal duraría hasta los años 80 del siglo XVII.

De otro lado, la avalancha de metales preciosos venidos de América era tal, que se produjo una inflación que poco preocupaba a los españoles ricos, pero que en la primera mitad del siglo XVII llegaría al 107%.

Por otra parte, Felipe III se había encontrado unas arcas casi vacías por el enorme costo de las guerras y porque la enorme cantidad de metales preciosos traídos a Sevilla había generado demanda de objetos de lujo que eran producidos fuera de la Península.

Por esta y otras causas, en 1607 se produciría una suspensión de pagos por parte de la Hacienda Real al no ser capaz de hacer frente a la devolución de la deuda.​

Esta circunstancia no era nueva, porque con Felipe II la corona estuvo en suspensión de pagos en 1557, en 1575 y en 1596.5​ España salió de esta situación en 1607 de manera similar a como lo había hecho antes Felipe II y como haría posteriormente Felipe IV. Se entregó a los banqueros acreedores de la Corona juros, es decir, títulos de deuda pública, a cambio de créditos.

Expulsión de los moriscos (1609 a 1610)

En 1609 se decretó la expulsión de los moriscos de España por los siguientes motivos:

  • La actitud de cristianos poco convencidos, en un Estado defensor del catolicismo.
  • Su posible alianza con los turcos y berberiscos que atacaban constantemente las costas de Levante.
  • Su impopularidad entre la población.
  • La necesidad del Estado de controlar sus riquezas y valores.

Entre 1609 y 1610 salieron de la península. Para esta operación fueron movilizados 30.000 soldados y la Armada española fue la encargada de transportarlos hasta Túnez o Marruecos.​ Se expulsó a unos 300.000 moriscos aproximadamente.

Esta medida afectó considerablemente al Reino de Valencia, a las vegas de Aragón y a las huertas de Murcia. Disminuyeron considerablemente la mano de obra y los propietarios que pagasen rentas en esas zonas. Los cultivos de azúcar y arroz tuvieron que ser sustituidos por la morera, la viña y el trigo

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El Duque de Lerma

Felipe III “El piadoso”

Esta apatía del Rey fue aprovechada por Francisco de Sandoval y Rojas, perteneciente a una familia noble venida a menos hasta que Felipe III elevó su condado a Ducado de Lerma en 1599.

Lerma que se educó en la corte como compañero de juegos d el Príncipe Carlos, que era el anterior heredero de Felipe II, pasó posteriormente a ocupar el cargo de gentilhombre del Príncipe Felipe III.

En el año 1601, el Duque de Lerma, nacido en Tordesillas, convenció al Rey para que trasladara la corte de Madrid a Valladolid. Anteriormente, Lerma había adquirido terrenos y palacios en Valladolid para después venderlos a la Corona.

Esto le convirtió en el hombre más rico d el Imperio español. Después volvió a convencer a Felipe III para regresar con la corte a Madrid solo seis años después.

En Madrid -a cuyo Concejo le tocó pagar un elevado coste por el traslado-, el duque repitió la operación anterior. Compró numerosos palacios y viviendas, aprovechando que estaban a precios muy bajos.

Felipe III acudía mientras tanto a fiestas, jornadas de caza, a la cría de caballos, la danza, la música y los juegos de naipes. En el caso de esta última afición, el Rey desarrolló una fuerte adición, que, según Francisco Alonso-Fernández, pasó a ser considerada una ludopatía adictiva.

Jugando a las cartas perdió grandes sumas de dinero ante importantes cortesanos, entre ellos el propio Duque de Lerma.

En su familia hubo mas caso de adicciones como:

  • El Príncipe Carlos, hermanastro de Felipe III, era aficionado a apostar a la mínima ocasión: a los dados, a las cartas e incluso a las competiciones.
  • Felipe II, era un coleccionista compulsivo
  • Felipe IV, tenía adición al sexo

Elección de la esposa de Felipe III

Para que el príncipe pudiera elegir esposa, se enviaron a la corte de Madrid cuatro retratos presentando a cada una de las princesas. La única manera de diferenciarlas era mediante el anillo con la inicial que lucía cada una de ellas.

Se descartó a la archiduquesa Leonor por los informes de su problemática salud y la decisión quedó entre las otras tres hermanas.

Felipe era incapaz de decidirse y dejó dicha acción en manos de su padre, que a su vez insistía en que fuera el novio quién escogiese.

Al final la infanta Isabel Clara Eugenia decidió que, si ninguno de los dos podía escoger a ninguna, lo echarían a suertes.

Dieron la vuelta a los retratos y se escogió por sorteo aquel al que se debía dar la vuelta y mostrar a la elegida. Cuando el juego terminó, la elegida fue la archiduquesa Margarita.

Al rey le pareció que este método no era serio, por lo que finalmente decidió que escogerían a la mayor de ellas, que era Catalina Renata.

Catalina murió repentinamente a los veintitrés años en Granz, antes de que este matrimonio o el se negociaba con Ranucio Farnese pudiera llevarse a cabo. Contrariado, Felipe II pidió entonces la mano de la segunda archiduquesa más mayor, Gregoria.

Esta pedida sí se realizó, pero otra vez la novia murió antes de que se hiciera efectivo el compromiso, a los dieciséis años.

Quedaba entonces únicamente aquella archiduquesa que la suerte había destinado en un principio para acompañar a Felipe III en el trono, la joven Margarita de Austria-Estiria.

La Reina Margarita de Austria-Estiria

Felipe III “El piadoso”

Bella, de buena salud y con una exquisita educación intelectual y profunda formación religiosa, Margarita terminó siendo del agrado de España. Felipe II aprovechó los acuerdos matrimoniales para pactar un doble enlace. Además de casar a su hijo Felipe con Margarita, la infanta Isabel Clara Eugenia contraería matrimonio con el archiduque Alberto.

Cuando la novia estaba de viaje para reunirse con Felipe, su esposo, falleció Felipe II a las cinco de la mañana del 13 de septiembre de 1598 en El Escorial mirando El Jardín de las Delicias.

El papa Clemente VIII último papa de la obediencia de Aviñón, fue elegido tras la muerte del Papa Benedicto XIII, también llamado Papa Luna. Se ofreció a oficiar él mismo la doble boda por poderes que se terminó celebrando en la ciudad italiana de Ferrara el 13 de noviembre de 1598.

La boda entre Felipe III y Margarita se celebró cuando la novia apenas contaba con quince años. Contrariamente a lo que se podría pensar, fue un enlace feliz, en el que el rey amó y respetó siempre a su culta y devota esposa.

Felipe III se casó solamente una vez. Su matrimonio fue prolífico en herederos, tuvo hasta ocho hijos en una década, entre ellos el futuro Felipe IV.

Entre el matrimonio se interpuso el duque de Lerma, que creyó que iba a dominar la voluntad de la reina de la misma manera que lo había hecho con el rey.

La alejó de los miembros alemanes de su séquito y asignó a personas afines a él, entre los que se encontraban caballeros y damas de su propia familia y hasta su propia esposa, Catalina de la Cerda, a la que nombró camarera mayor de la reina.

Margarita solamente consiguió mantener a su lado a Ricardo Haller, confesor jesuita al que el duque de Lerma intentó sin éxito sustituir por un religioso español.

Lo que no esperaba Francisco de Sandoval y Rojas era que Margarita cuestionara su política y se inmiscuyera en los asuntos de gobierno del Estado hasta el punto de poner en peligro su posición privilegiada y que, para colmo de males, su marido tuviera en cuenta sus opiniones.

En 1606 Margarita advirtió al rey de posibles irregularidades y actividades fraudulentas en el entorno del duque de Lerma.

Acorralado por la evidencia del engaño que supuso el enriquecimiento tanto de él como de sus consejeros, el duque de Lerma logró quedar absuelto aunque tuvo que abandonar la vida pública en 1618. Sus consejeros fueron acusados de malversación de fondos.

Margarita además de ser una mujer inteligente y culta se caracterizó por ser una reina profundamente devota que fundó varias instituciones monásticas en España y experimentó arrebatos místicos. En 1611 fundó el Monasterio de la Encarnación de Madrid.

El último de ellos fue una visión que la advirtió de su pronta muerte. No se equivocó, tras dar a luz a un niño que falleció al poco tiempo, la reina amada y respetada por Felipe III fallecía el 3 de octubre de 1611 con tan sólo 26 años.

Falleció como consecuencia del parto de su octavo y último hijo, que recibió el nombre de Alfonso y el apelativo de "El Caro", pues había costado el altísimo precio de la vida de su madre.

Su funeral fue el más solemne de todos los que se dedicaron a las reinas de España. Ya que había sido muy apreciada por el pueblo. Sin embargo, la sombra del asesinato a manos de sus enemigos en la corte sobrevoló aunque nunca se pudo probar que Margarita hubiera sido envenenada.

Fue enterrada en el Panteón de Reyes del Monasterio de San Lorenzo El Real de El Escorial, donde todavía hoy reposa, junto a su marido y su hijo y heredero, Felipe IV.

Después de la muerte de la reina, las luchas por hacerse con el control del reino se intensificaron entre el Duque de Lerma y el confesor Luis de Aliaga.

Con ayuda del Duque de Uceda -hijo del Duque de Lerma- y del Conde-Duque de Olivares -futuro valido de Felipe IV-, Luis de Aliaga consiguió que el hombre de confianza del valido, Rodrigo Calderón de Aranda, fuera ejecutado por corrupción en la Plaza Mayor de Madrid en 1621.

Siete años después de la muerte de la reina Margarita, Felipe III ordenaba al duque de Lerma que abandonara definitivamente la corte.

Francisco de Sandoval y Rojas tuvo que solicitar de Roma el capelo cardenalicio para protegerse de cualquier proceso judicial, puesto que el clero gozaba de inmunidad eclesiástica.

Felipe III, que se había limitado a observar la contienda sin tomar completo partido por ninguno de los bandos, quedó sumido durante aquellos años en un estado de melancolía que le hacía lamentarse de haber llevado una vida tan superficial.

Murió una década después que su esposa -a la que respetó y no tuvo ninguna mujer mas ni por matrimonio ni por otro modo-, el 31 de marzo de 1621 a los 43 años, de unas fiebres causadas por una infección bacteriana de la dermis.

Descendencia de Felipe III

Felipe III y su esposa dejaron una amplia descendencia, ocho hijos, de los cuales cinco llegaron a una edad avanzada. Estos fueron:

  • Ana María Mauricia (22 de septiembre de 1601 - 20 de enero de 1666), reina consorte de Francia, esposa de Luis XIII.
  • María de Austria (1 de febrero de 1603 - marzo de 1603).
  • Felipe (8 de abril de 1605 - 17 de septiembre de 1665), futuro Felipe IV.
  • María Ana (18 de agosto de 1606 - 13 de mayo de 1646), emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico, esposa de Fernando III.
  • Carlos (15 de septiembre de 1607 - 30 de julio de 1632).
  • Fernando (16 de mayo de 1609 ó 24 de mayo de 1610 - 9 de noviembre de 1641), conocido como el Cardenal-Infante.
  • Margarita Francisca de Austria (24 de mayo de 1610 - 1617), muerta a la edad de 7 años.
  • Alfonso de Austria ( 22 de septiembre de 1611).

El Siglo de Oro

A finales del reinado de Felipe II y durante el de Felipe III, nacen y se desarrollan las principales figuras artísticas del Siglo de Oro español en las dos ciudades más prósperas: Sevilla, Puerto de Indias, y Madrid, sede de la Corte.

  • El sevillano Mateo Alemán publica Guzmán de Alfarache, una novela picaresca gran éxito internacional.
  • En 1605 Miguel de Cervantes publica la primera parte de Don Quijote de la Mancha, que comenzó a redactar cuando estuvo preso en la Cárcel Real de Sevilla unos años antes. Y en 1615 publica la segunda parte.
  • También en Sevilla, el pintor Diego Velázquez realizará sus primeras obras.
  • Cervantes, consagrado como escritor y viviendo en Madrid, compartirá vecindario con el prestigioso escritor de obras de teatro Lope de Vega.
  • También Luis de Góngora y Francisco de Quevedo escribieron durante esta etapa.

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