Felipe no acierta nunca

El otro día encontré de casualidad y en la red este viejo dibujo. Lo dibujé en el año 2003, hace doce años y ni lo recordaba, Felipe aun era príncipe y su novia Leticia aun plebeya. Más de una década ha pasado, y ya reinan en el viejo y desgastado reino español, muchas cosas han cambiado desde entonces pero si algo no ha cambiado ni cambiará, es el "marrón" que sigue siendo ser monarca en este ingrato y cainista país. Y es que hoy, tras anunciar Felipe VI que reducía un 20% el sueldo a toda la familia real, no podía dar crédito a lo que leían mis ojos en cierta parte de la comunidad tuitera. Cualquier ciudadano con una pizca de sentido común y objetividad, al enterarse de la medida de ahorro del Rey, se hubiera sentido complacido tal y como yo me sentí, independientemente de nuestra condición política o de la simpatía o antipatía por la institución monárquica. Pues no, ni por esas acertó hoy el Rey para esa parte de la España mas rancia y republicana, y lo dice uno que se declara "monárquico agnóstico" o monárquico por necesidad y como mal menor. 
Son mas que evidentes los esfuerzos de nuestro nuevo Rey por modernizar y adecuar la discutida institución monárquica al tiempo y la realidad de España, probablemente mas que muchos de los políticos actuales de nuestro país y aun así los "talibanes" republicanos haciendo gala de la mas burda demagogia, hoy le tildaron de populista, oportunista y de tomar medidas de cara a la galería. Es decir, da exactamente lo mismo, el Rey para esta gente siempre errará, aun cuando el sentido común y la sensatez le asista.Los republicanos no son conscientes del error que comenten con este tipo de actitudes, pues lejos de convencer a esa parte de españoles que nos confesamos como "monárquicos agnósticos" lo que consiguen es acercarnos mas a la institución, más aún cuando estas corrientes ideológicas contrarias a la monarquía ponen en duda la legitimidad del propio estado español, cuestionando constante y repetidamente todos y cada uno de los símbolos de este país, convirtiéndonos paradójicamente en los mas enconados defensores de un símbolo en el que hasta ahora muchos teníamos serias dudas.