Como en los viejos tiempos y como lo describe el famoso cuadro de Goya, las dos Españas vuelven a enfrentarse a navajazos y, si nadie lo remedia, el enfrentamiento podría ser a tiros, como en 1936. Aunque la contienda envuelve al país entero, los dos protagonistas visibles son el Rey y Pedro Sánchez. El primero es Jefe del Estado y el segundo presidente del gobierno. Son dos personas diametralmente opuestas que sólo comparten la cúspide del poder en España. Los dos tienen mucho poder, pero el Rey no lo ejerce y el presidente abusa de él. El Rey es educado, moderado y tan prudente que algunos le llaman cobarde. El presidente es lo contrario, osado, imprudente, intervencionista y mal educado. Los dos son responsables del hundimiento progresivo de España, pero Sánchez es el que la destroza y Felipe es quien le deja destruir la patria. El borbón quiere respetar la Constitución y el socialista la revienta a parados y la trata con tanto desprecio e irrespeto que provoca rechazo y asco entre los demócratas. Los españoles decentes critican al Rey su pasividad y exceso de tolerancia con los miserables y corruptos que tienen el timón de España en sus manos. La contienda ente las dos Españas es hoy claramente visible con motivo de la visita privada a España del presidente libertario argentino Javier Milei. La España de izquierdas, la que avanza hacia la tiranía, odia al argentino, mientras que la España deseosa de democracia y libertad, le condecora y agasaja. —-
Es la España dicotómica, una representada por el Rey, que quiere democracia, libertad y prosperidad, y otra, pilotada por Sánchez, que quiere cambiarlo todo e imponer una dictadura marxista, al estilo de Venezuela, sin libertades ni derechos.
El problema para los españoles es que la España decente que quiere democracia no sabe defenderse y que su gran valedor, el Rey, que ha jurado defender la Constitución, deja hacer al corrupto Sánchez y no es capaz de detener su despreciable avance hacia la tiranía.
Con las grandes instituciones defensivas paralizadas, con la Justicia asaltada por e sanchismo, y el Ejercito domesticado, la resistencia anti marxista se ha concentrado en parte de la ciudadanía y en algunos sectores de la Justicia que se resisten a la opresión.
La pertenencia a la Unión Europea, un trozo de mundo que tiene a la democracia y las libertades por bandera, debería ser la barrera que impida que España sea esclavizada por la dictadura de izquierdas, pero Bruselas, donde el globalismo y la socialdemocracia son dueños del poder y marcan los destinos, tampoco es capaz de frenar al depredador español Pedro Sánchez.
La economía española va bien, gracias al turismo, que llega por millones gastando dinero, pero, a pesar de que el dinero es abundante, España retrocede y es ya campeón en avance hacia la pobreza, desempleo y desigualdad.
La destrucción programada por la receta marxista avanza como una apisonadora, impulsada por el gobierno de Sánchez, sin que nada ni nadie sepa detenerla y sin más obstáculo que los débiles focos de resistencia ciudadana y la Justicia, que han convertido a Pedro Sánchez en un tipo huraño, rechazado en las calles, odiado como líder por su inmoralidad y nulo respeto a la Constitución. y despreciado por sus alianzas con sus socios de gobierno, que son lo peor de la nación, comunistas totalitarios y aquellos que odian a España y la legalidad vigente y que sueñan con trocear la patria.
Francisco Rubiales
Revista Opinión
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