Un claro ejemplo, este poeta, Felipe Zapico Alonso, de poeta en la carretera. Me hace pensar, no sé por qué, en Vachel Lindsay, aunque sus poéticas sean muy distintas. Pero me hace pensar en él. Bueno, al grano: esta misma tarde, en Valencia, primera presentación de la 2º edición de su poemario Cosas (enhorabuena, tío), y mañana, día 23, la segunda:
Callecalle mojada por mangueras matinalesse suben las trapasse abren las puertasse apagan los farolespersonas presurosas avanzanen toda direcciónrepartidores presurosostrabajan con deseosa desganacomerciantes presurosospreparan sus mercancíascompradores presurososarrastran a sus niñospues deben recibir una adecuada educación.Un hombre solitarioy con cara de personavaga por un extremo de la calley observalo observa todose parase detienevuelve a andarregresa sobre sus pasosavanza curiososilbadeja la callede las puertas de los comerciossurgen las cabezas que le espíany se meneanconmiserativamente.
Felipe Zapico Alonso. Cosas. Zoográfico, 2014, 2ª edición. Ilustraciones: Casilda García Archilla. Epílogo: Teresa Naranjo Pérez. Fotografías: Julia D. Velázquez, Jr. Vega, Zapico, Paco Pimienta y Santos Perandones.