Ese es el portazo típico después del 01 de enero, fecha patria de la resaca, en la que uno recuenta el año pasado y empieza a contarse el año nuevo. Los amigos que vinieron se tienen que ir, con más tristeza de los que extrañamos su ida. Vuelven los miedos, vuelven los discursos de la empresa privada que no sabe si cerrar e irse, si seguir a ver qué pasa o arrodillarse a lo que el gobierno les imponga. El sector publico a sus anchas, tienen el poder y pueden hacer lo que les salga del forro aunque ahora haya un poco menos de dólares.
La ventaja de este año, para el que necesita que la gente se distraiga, es que hay mundial de futbol. El evento deportivo más grande y seguido del mundo. Lastima para el gobierno que la Vinotinto no llegó, hubiese sido espectacular para terminar su avanzada al comunismo y por ende a esta dictadura disfrazada de pueblo y libertades con horario restringido.
Volvemos a los comerciales oficiales de una Venezuela que solo se ve en Sabana Grande, y de nuevo en horario restringido, la Venezuela que vive el resto de las latitudes es la que teme por sumar la lista de muertos, la que teme por oportunidades, la que teme porque cada vez se hace mas cuesta arriba vivir y cada vez son más los que lo celebran.
Seguimos con los oficialistas celebrando la desgracia de los opositores, seguimos con algunos opositores haciéndose ricos con algunos del gobierno, seguimos con aquellas presidenciales que ganamos y el que ganó no las supo defender.
Seguimos en la misma Venezuela con una de las inflaciones más altas de planeta, siendo uno de los países más violentos e inseguros del mundo, con la peor economía de puerto de este lado de mundo, con un pueblo en su peor momento: Subsidio, regalos y silencio. Ah y cuidado, no se nos olvide que para mantener el petroleo que subsidiamos a nuestros "hermanos" del ALBA tenemos que apagar nuestro subsidio de la gasolina, ya saben después de las elecciones si se puede aumentar la gasolina.Los venezolanos huimos de esta situación a punta de humor y chiste, pero como sigamos, no quedara chiste que nos levante el ánimo.
Hay venezolanos luchando por encontrar el punto de inflexión a esta caída de proporciones bíblicas, y a ellos debemos echarles una mano, sino seguiremos celebrando cada año, con más gente afuera y menos país para contarlo.
De nuevo tengan un feliz año, disfruten del tiempo con sus familiares que están afuera y que Dios nos acompañe.