Feliz Cumpleaños a mí, la enfermita

Siempre se acerca ese momento en el que llega tu cumpleaños y según en qué fase estés te lo tomas de una manera u otra. Sí, todos hemos pasado por ello:

FASE 1: Hasta los 20 años estás feliz cumpliendo años. En tu mente está todas las libertades que vas a conseguir y lo molón que va a ser eso de decir que tienes un año más. No digáis que no, a todos nos hizo ilusión llegar a los 18, es la edad clave donde te dan todas las libertades que tenían escondidas como un preciado tesoro.

FASE 2: Hasta los 29. No te gusta cumplir años porque vas en decadencia sobre todo pasados los 25, ahí ya estás más cerca de los 30 y te horroriza pero no es tan malo aún como cumplir 30 años. Así que lo vas aceptando con resignación pero no te gusta un pelo.

FASE 3: Lo demás. Te asquea cumplir años y te das cuenta que se te está yendo la juventud por la borda. Es la época de las crisis: crisis de los 30, crisis de los 40 y crisis de los 50. Un horror.

Como debería ser el día de hoy

Hoy es mi cumpleaños y estoy en la fase 2 a punto de dejar la fase 3, es decir, me caen ya 29 años que ya no son añitos. Precisamente por esa depresión en mi mente no tenía idea de celebrar nada aquí en el día de hoy, nada especial. En Marzo estaré en Madrid y lo celebraré con mis pequeños con un mes de retraso así que no me preocupaba no hacer una fiesta o tener que hacer algo en este día.

Lo máximo que acepté fue llevar algo a la oficina para desayunar con los compis y ahí empezaron mis problemas. Qué feliz estaba yo ayer con la compra hecha y lista para hacer dos tortas de canela que me enseñó mi tía y que siempre triunfan y la estrella del desayuno: rosquillas madrileñas patrias. Sí, todo iba muy bien hasta que hice la segunda tarta y me iba a poner con las rosquillas cuando de pronto me di cuenta de un pequeño detalle…. cuando yo en el supermercado le dije a Mr. Paulson: “oye, tenemos levadura no?” y yo misma me contesté “claro, claro que tenemos” así que no compré. Y así pasó, que no me quedaba levadura para hacer las rosquillas… en fin… nada de rosquillas… la próxima vez será…

Como saldrá el día de hoy

Pero aquí no acaba el momento depresivo ya que aunque no quería hacer nada especial  ni celebrar nada, lo que no podía desear en ningún caso era coger un resfriado de esos que tú rezas para que no empeore a lo largo de los días y resulta que es precisamente lo que va ocurriendo. Estoy enfermita desde el domingo, lo que hace 5 días de enfermedad que voy salvando con el ibuprofeno gran amigo mío. Así que total, no voy a celebrar nada hoy no porque no me apetezca si no porque soy como un trapo andante, un saco de bacterias y virus…

¿Qué más puede pasar? Ah sí, que hoy llueve y hace un frío del polo norte. Gracias Milán!

Mañana os cuento lo que ha dado de si y la historia del Unicornio que me han regalado anoche!!!

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