Con los tiempos que corren de crisis, lo cierto es que gastarse no sé cuántos euros en un pastel de pastelería, pues la verdad, como que no apetece. Pero sobretodo me gusta hacer yo los pasteles de los cumpleaños familiares porque es como rescatar una vieja tradición familiar. La receta que ahora os pondré es la que hacía mi abuela cada domingo. A la pobre le dejábamos siempre la mesa embadurnada de una pasta pringosa pero, aunque se quejaba, en el fondo le encantaba ver a sus nietas subidas a una silla remena que remena mientras mi madre iba limpiando lo que podía. Hoy, unos, muchos, años después, era mi niño el que estaba subido a una silla a mi lado. Una bonita manera de recordar y honrar a mi abuelita.
Bueno, pues lo dicho. Aquí os dejo la receta de mi bizcocho. Es la de toda la vida. La de mi abuela y la de mi madre. Disculpad mis notas y apostillas. No las puedo evitar.
Ingredientes
- La ralladura de un limón (o hasta que la fuerza de vuestra mano pueda rallar)
- 5 huevos (hay quien es más atrevido y pone 4; yo no me arriesgo)
- 3 tazas de azúcar (la medida es taza de café. Si nos pasamos de azúcar el bizcocho empieza a rezumar del molde como si tuviera vida propia)
- 1 yogurt (puede ser natural o de gustos)
- Harina (a ojo)
- Aceite (un kirieleison)
- 2 sobres de levadura Royal
- Mantequilla
Pasos a seguir
Paso 1 - Embadurnar el molde del bizcocho con la mantequilla
Paso 2 - Precalentar el horno
Yo esto lo hago a la mitad del proceso de hacer el bizcocho pero hay quien lo hace al principio. Depende de la potencia de cada horno. En mi caso, lo precaliento en la posición de abajo a 130ºC.
Paso 3 – Hacer el bizcocho
Rallar las peladuras de limón y ponerlas en un bol. Añadir las yemas de los huevos (las claras las dejamos en un bol aparte) y el azúcar. Remenamos hasta que no notemos el azúcar. Vamos, hasta que no haga crec-crec
Añadimos la harina. Aquí yo lo que hago es ir añadiendo poco a poco hasta que la masa no queda ni muy licuada y demasiado sólida. Además, si se pone poco a poco se evitan los grumos.
Añadimos el aceite y remenamos.
Dejamos a un lado la masa y hacemos las claras al punto de nieve. Cuando están listas las añadimos a la masa y remenamos hasta que desaparezcan totalmente.
Añadimos la levadura y remenamos.
Ponemos la masa en el molde y lo metemos en el horno en la posición de abajo a 170ºC unos 45 minutos aproximadamente.
Cosas a tener en cuentaSi hacéis la masa con una mini-pimer Braum: Para la masa la pongo en la posición 1 y voy subiendo progresivamente hasta la 3 cuando hay más ingredientes. Para la clara a punto de nieve lo pongo en la posición 10-11.
La clave está en que la temperatura del horno no esté excesivamente elevada. Porque entonces sube muy rápido pero baja de golpe.
Si os queda un poco hundido del medio, no pasa nada. Cuando lo trasladeis a una bandeja o plato lo hacéis dándole la vuelta y da el pego.
Bueno, esta ha sido mi primera receta explicada así que disculpad si no se entiende demasiado. Si os sale bien, es una gozada porque luego puedes ponerle chocolate, lacasitos, mermelada, lo que nos venga en gana. A mi me ha quedado aceptable. Estaría bueno porque no han quedado ni las migillas (de ellas se ha encargado mi hijo mayor).
Si algún día mis hijos usan esta receta será algo bonito ¿no?
Feliz cumpleaños, mamá.